Imagen de portada con fines ilustrativos.
Una nueva especie de tiranosaurio descubierto en la Patagonia argentina hace tres años y quizás el mayor dinosaurio en caminar sobre la Tierra fue bautizado con un nombre propio: Patagotitan Mayorum.
Gigante de la Patagonia
El nombre puede traducirse como “Gigante de la Patagonia”, dijo el paleontólogo Diego Pol en una ceremonia en el Museo de Historia Natural estadounidense, donde desde 2016 se exhibe una réplica a tamaño real de la colosal criatura, tan inmensa que su cabeza y cuello se extienden hasta un lobby.
El “Mayorum” fue seleccionado en reconocimiento a la familia Mayo, en cuya estancia en Argentina fueron hallados en 2014 los restos de este gigante herbívoro, el cual vivió hace 100 millones de años.
Se estima que el joven adulto llegó a pesar hasta 70 toneladas, tanto como 10 elefantes africanos.
Cuando la réplica fue develada en Nueva York en enero de 2016, expertos dijeron que la especie era un descubrimiento demasiado reciente como para tener un nombre.
Tras 20 meses de intensa investigación y de comparar los huesos con otros descubiertos en otros lugares del mundo, concluyeron que en efecto el dinosaurio pertenecía a una nueva especie que merecía un nombre propio.
“Creemos que este dinosaurio era ligeramente mayor que los otros conocidos hasta entonces”, dijo Pol, aunque admitió que solo quedan restos fragmentados de algunas especies y que eso dificulta las estimaciones.
“Dar un nombre científico es el símbolo de conducir y finalizar un estudio científico en el cual aprendemos algo de una nueva especie”, agregó por Skype desde la Patagonia.
“Las nuevas especies son importantes porque nos muestran cómo eran los animales en el pasado”, explicó. “Pueden ofrecer información para responder preguntas sobre el pasado de nuestro planeta”.
El investigador aseguró que “la pregunta del millón de dólares” es “qué pasó hace 100 millones de años en la Patagonia” que permitió a estos animales “ser aspirantes al campeonato de pesos pesados de los dinosaurios”.
En total 223 huesos fósiles de seis criaturas fueron descubiertos en el sitio cerca de la estancia La Flecha, a 216 km al oeste de Trelew. Todos eran adultos jóvenes. La especie vivía en los bosques de lo que hoy es la Patagonia durante el periodo Cretácico Tardío.
Como los fósiles son demasiado pesados para montarlos, la colosal réplica de 37,2 metros está hecha de impresiones de los huesos en tercera dimensión en fibra de vidrio.