Treinta y cuatro niños murieron en dos días en un hospital público del norte de India, anunció este viernes la policía, mientras la prensa local ponía en duda la falta de reservas de oxígeno en el establecimiento médico.
“El hospital indicó que 23 niños murieron el jueves y otros 11 [este viernes]. De momento son las únicas informaciones de las que disponemos”, declaró por teléfono a la AFP un alto responsable de la policía local, Satyarth Aniruddha Pankaj, quien indicó que hay “una investigación en marcha”.
Las muertes se produjeron en el hospital Baba Raghav Das del distrito de Gorakhpur, en Uttar Pradesh, el estado más poblado del país.
Según varios medios locales, los niños murieron después de que la empresa proveedora de oxígeno pusiera fin a sus servicios, aparentemente debido al impago de facturas por un valor de varios millones de rupias.
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Un magistrado local, V K Srivastava, afirmó que el hospital disponía de suficientes reservas de oxígeno. “Las muertes no se deben a la falta de oxígeno […]. La entrega de oxígeno se interrumpió ayer [jueves], pero el hospital dispone de suficientes reservas de bombonas”, dijo a la AFP.
“Este hospital se ocupa de muchos casos graves y en él mueren cada día unos diez niños. Hay un equipo en el lugar para estudiar el caso”, aseguró.
Los hospitales públicos indios están a menudo desbordados y casi al límite. Los pacientes tienen que soportar largas listas de espera, incluso para intervenciones simples, y a veces se ven obligados a compartir cama.