Robbie Tripp, un hombre de San Francisco, Estados Unidos, conquistó con amor a su novia Sarah y realizó una publicación la cual nunca se imaginó que se convertiría en un fenómeno global.
Además de sus palabras, Tripp compartió una fotografía con su querida novia: una mujer de voluptuosa figura, “real”, como él lo menciona. Con sus palabras también invita a romper con el estereotipo de belleza de mujer que existe.
El contenido se dirige a ambos sexos, aunque dedica más líneas a las mujeres, a quienes pide que se quieran como son, independientemente de su cuerpo.
“Chicas, no se engañen a si mismas pensando que deben encajar en un determinado molde para sentirse queridas y apreciadas. Hay un tipo al que le vas a gustar exactamente por lo que sos”, dicta el mensaje.
También, se dirige a la audiencia masculina, “Hombres vuelvan a pensar lo que la sociedad les ha dicho que deben desear, una mujer de verdad no es una estrella porno, ni una actriz de Holywood, ni modelo de bikinis”.
Sus mensajes fueron tan precisos para la realidad de hoy en día, en donde regularmente los hombres desean a una mujer que parezca de “portada” a una de la vida real.
La carta completa dice así:
“Amo a esta mujer y su cuerpo con curvas. Cuando era adolescente, mis amigos se metían conmigo por mi atracción hacia las chicas anchas, aquellas que eran más bajitas y con curvas, chicas a las que tu amigo se referiría como “rechonchas”, incluso, “gordas”. Entonces, cuando me convertí en un hombre y comencé a educarme en asuntos como el feminismo y sobre como los medios marginan a las mujeres al representar estándares de belleza limitados y específicos (delgada, alta, estilizada) me di cuenta de cuantos hombres se han creído esa mentira. Para mí, no hay nada más sexy que la mujer de aquí al lado: muslos gruesos, trasero grande, un flotador, etc. Su forma y tamaño no aparecerán en la portada del Cosmopolitan pero es el que aparece en mi vida y mi corazón. No hay nada más sexy para mí que una mujer con curvas y confianza en sí mima. Esta preciosa chica con la que me casé llena cada pulgada de sus vaqueros y sigue siendo la más guapa de la habitación. Hombres, vuelvan a pensar lo que la sociedad les dijo que deben desear. Una mujer de verdad no es una estrella del porno, un maniquí de bikinis o un personaje de película. Ella es real. Ella tiene unas preciosas estrías en sus caderas y pequeños hoyuelos en su trasero. Chicas, no se engañen a ustedes mismas pensando que deben encajar en un determinado molde para sentirse queridas y apreciadas. Hay un tipo ahí fuera al que le vas a gustar por exactamente lo que tú eres, alguien que te querrá como yo quiero a mi Sarah”.