Susan Bro, cuya hija murió cuando un simpatizante neonazi la atropelló con su auto durante una manifestación en Charlottesvile, en el este de Estados Unidos, dijo el viernes que no hablará con el presidente Donald Trump, “después de lo que él dijo sobre mi niña”.
En una entrevista en la cadena ABC, Bro dijo que la Casa Blanca había hecho varios intentos esta semana para contactarla.
“La primera llamada parece que vino durante el funeral” de Heather Heyer, su hija de 32 años, que participaba de una manifestación anti-racista para protestar contra los supremacistas blancos en Charlottesville (Virginia, este) el sábado, dijo.
“Estaba en casa recuperándome del cansancio del funeral y pensé ‘bueno, después me ocupo de él'”, recordó. Pero luego cambió de opinión tras ver las controversiales declaraciones de Trump el martes.
“Ya no voy a hablar con el presidente (…) Lo siento. Después de lo que dijo sobre mi niña”, se justificó.
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Durante una rueda de prensa el martes, Trump dijo que había escuchado que Heyer era una “joven fantástica” y que su madre había dicho “las cosas más bonitas” sobre él.
Acusó al conductor del auto que mató a Heyer de cometer “una cosa horrible e inexcusable” y condenó a los grupos de supremacistas blancos y neonazis que organizaron la marcha en Charlottesville.
Pero el mandatario estadounidense ha sido criticado por todo el mundo político estadounidense por insistir en que los manifestantes anti-racismo fueron igualmente culpables de la violencia.
“Vi un extracto de video de su rueda de prensa donde equiparaba a los manifestantes como Heyer con el KKK (Ku Klux Klan) y los supremacistas blancos”, dijo Bro.
“No puedes limpiar eso y esperar que se olvide estrechando mi mano y diciendo ‘lo siento'”, afirmó.