Las conversaciones se llevarán a cabo del 1 al 5 de septiembre luego del primer encuentro que se realizó en Washington del 16 al 20 de agosto pasado, en el que se plantearon las directrices y los temas a discutir.
Los tres socios esperan concluir las conversaciones antes de que termine el año para que no interfieran las elecciones legislativas de Estados Unidos y las presidenciales de México de 2018.
Paralelo a la cita, organizaciones sociales y gremios realizarán en el Palacio Legislativo una protesta contra el “neoliberalismo” y la “renegociación secreta y entreguista” del tratado.
La ronda de negociación se realiza en medio de renovadas amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar el acuerdo comercial vigente desde 1994.
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Trump ha tildado al TLCAN como el peor acuerdo comercial jamás firmado y lo culpa de la pérdida de empleos en su país y del déficit de poco más de 64.000 millones de dólares que existe entre la Unión Americana y México.
Por ello, ha amagado en Twitter y en conferencias de prensa con dejar el pacto, una medida que puede tomar unilateralmente gracias a la cláusula 2205 del acuerdo, que establece que solo tiene que dar un aviso de anticipación de seis meses a los otros miembros.
El gobierno mexicano ha respondido que no negociará el pacto comercial por redes sociales y calificó el estilo de Trump de “peculiar”.
“Se considera que (la amenaza) podría ser parte de la estrategia de Trump para presionar a México y Canadá para aceptar sus condiciones”, señalaron analistas de banco Santander en un reporte a sus clientes.
México espera lograr un buen acuerdo pese a las amenazas, aunque también ha trabajado en un plan B en caso de que Estados Unidos lo abandone.
Ese plan incluye diversificar su comercio a fin de disminuir su dependencia de Estados Unidos, que es destino del 80% de sus exportaciones.
– Temas sensibles –
En las discusiones del TLCAN hay temas sensibles como la propuesta de Estados Unidos de eliminar el Capítulo 19 del tratado referente a la solución de controversias, que el gobierno canadiense considera inaceptable y que el banco Scotiabank calificó como “una línea roja”.
También preocupa la insistencia de Washington en disminuir su déficit comercial a través de una negociación comercial, pues los expertos señalan que ese saldo rojo obedece a factores estructurales de Estados Unidos.
“El déficit no obedece a qué bien o qué mal están los tratados, obedece a cuestiones macroeconómicas”, dijo a la AFP Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.
Un tema sensible es la propuesta estadounidense de endurecer las reglas de origen en la región, esto es, el contenido que deben tener los productos para no pagar aranceles. Es un tema importante para la vital industria automotriz de México.
Tras la entrada en vigor del TLCAN se crearon importantes cadenas de valor, que aumentaron la competitividad de la región frente a Europa y Asia.
Al mismo tiempo, la eliminación de los aranceles en la región permitió que los productos agrícolas como el aguacate mexicano o el maíz amarillo estadounidense encontraran un mayor mercado.
Por ello, los expertos esperan que pese a las amenazas, las negociaciones lleguen a buen puerto.
“Esperamos unas negociaciones donde se mejore el tratado y se modernice, de tal manera que sea positivo para los tres países”, agregó Serrano.