Saad al Hijri fue suspendido de cualquier actividad religiosa en la provincia de Asir (sur) después de que sus palabras causaran escándalo en las redes sociales en Arabia Saudí, un reino ultraconservador que aplica una versión rigorista del islam.
En un vídeo en el que se le identifica como un importante dignatario religioso, Hijri declaró que las mujeres, que normalmente tienen “la mitad del cerebro” de un hombre, apenas conservan un “cuarto” cuando se van de compras y, por tanto, no deberían tener derecho a conducir.
Las mujeres no pueden conducir en Arabia Saudí, un país donde deben permanecer apartadas de los hombres que no son miembros de su familia en los lugares públicos. Los restaurantes tienen salas separadas para las familias y los hombres solteros.
Hijri se justificó afirmando que “se le había trabado la lengua”, según el diario digital Sabq.
Sus declaraciones, denunciadas por defensores de los derechos de las mujeres, recibieron cierto apoyo en los círculos más conservadores del reino.