Un anciano fingió tener un fuerte dolor de cabeza, e ingresó a un hospital, pero en realidad su dolencia era mucho más grave, estaba por cumplir 84 años, y no tenía con quien celebrarlo.
“No tuvo hijos y su compañera de vida se fue hace 4 años. Todos sus hermanos fallecieron, y él era el menor de ellos”, explicó una Gisel Rach una enfermera de un hospital argentino, que atendió a Óscar.
Rach junto a sus compañeras de labores entendieron la verdadera dolencia del anciano y le compraron un pastel, una vela y darle a Óscar la oportunidad de que pida sus deseos.
“La cara de este hombre y sus ojos llenos de lágrimas de tanta emoción por algo tan simple como esto no me lo olvido nunca”, expresó la enfermera.
Rach agregó que el anciano deseo volver a pasar su cumpleaños junto a ellas.
Otro caso
Un caso parecido ocurrió en el estado Veracruz, México, donde un hombre convocó a sus familiares para celebrar su cumpleaños, pero estos no lo dejaron abandonado.
El hombre decidió entonces invitar a los comensales que quisieran acompañarlo a comer un trozo de pastel.