El documento firmado constituye una “República catalana como Estado independiente y soberano”, lo que sembró confusión justo después de que Puigdemont pidiera en una comparecencia parlamentaria la suspensión de la declaración de secesión para buscar un diálogo con el gobierno español.
Pero la firma fue un “acto simbólico en el que todos firmamos que es nuestro compromiso de declarar la independencia”, dijo el portavoz Jordi Turull en la televisión pública catalana TV3.
“La declaración de independencia la tiene que hacer el parlamento de Cataluña”, cosa que no ocurrió en el debate del martes, añadió.
Aun así, el gobierno español de Mariano Rajoy aseguró que “no es admisible hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso” y se reunió este miércoles de urgencia para estudiar su respuesta a lo que considera un desafío.
“Están valorando todas las opciones”, indicó a la AFP una fuente gubernamental. Entre las posibilidades que tiene sobre la mesa figura la de suspender la amplia autonomía de que goza esta región de 7,5 millones de habitantes.
Puigdemont, que había prometido proclamar la independencia de esta región del noreste de España tras dar por vencido el referendo inconstitucional del 1 de octubre, optó por aplazar este paso para intentar emprender un diálogo con el gobierno español, sin precisar los términos de esta negociación.
Aunque afirmó que su ejecutivo no pone condiciones a Madrid, el portavoz regional Jordi Turull señaló que en principio el diálogo tendrá que ser “sobre la independencia de Cataluña” sin mencionar ninguna etapa previa.