Bale volvió a los terrenos de juego y fue decisivo para el equipo blanco
El Real Madrid estará en los octavos de final de la Copa del Rey, el equipo blanco rozó el desastre e incluso el ridículo ante un Fuenlabrada que acabó empatando en el Bernabéu y que jugó bastante, pero bastante mejor que un Real Madrid al que el mal juego ha afectado a toda la plantilla, no sólo a los titulares.
Zidane puso un equipo con la segunda unidad y tres canteranos y lo cierto es que los del Castilla mostraron más ganas en aprovechar la oportunidad.
Ceballos, Marcos Llorente, Theo y compañía, realizaron un partido para olvidar. Jugaron como desganados, como si el encuentro fuese más un problema que una ocasión para reivindicar minutos.
El que se llevó la ovación de la noche fue Bale, aunque no llegó hasta la segunda mitad. El galés comenzó en el banquillo, algo que no sucedió con Keylor Navas y Kovacic, que con Bale, regresaban tras meses lesionados. El croata realizó un encuentro gris, mientras que el de Costa Rica fue protagonista en el gol de Luis Milla que significó el 0-1 para el Fuenlabrada.
El galés, más de dos meses después, volvía a jugar y casi en el primer balón que tocó le puso un centro perfecto que Borja Mayoral aprovechó para poner el 1-1 en el minuto 63. Un gol con suerte porque el balón dio en el larguero antes de entrar. Una suerte que le faltó al Fuenlabrada que en la jugada anterior vio como Cata Díaz envió un balón al larguero y en otra acción anterior, Keylor evitó el 0-2.
Ese 1-1 y, sobre todo, la entrada de Bale, le dieron aire a un Madrid que en el 70’ marcó el 2-1. Fue otra vez Mayoral que aprovechó una jugada de Bale para marcar. El Fuenlabrada pidió fuera de juego del galés que estaba más adelantado que los defensas visitantes, pero el balón le llegó de un zaguero y eso validó su posición.
El Fuenlabrada no se rindió con ese 2-1 y buscó el empate que merecía y esta vez, el fútbol fue justo y se lo concedió en el minuto 90 por mediación de Portilla que puso el 2-2 definitivo