Un jurado estadounidense recomendó la pena de muerte para Isauro Aguirre, quién fue declarado culpable de la muerte de su hijastro Gabriel Fernández en 2013.
El panel, compuesto por siete mujeres y cinco hombres, deliberó conforme a las pruebas y testimonios del caso que debería pagar la pena máxima por la manera en que habría dado muerte al menor de 8 años.
La resolución fue la que buscaba el fiscal Jonathan Hatamia contra Aguirre y la madre del niño, Pearl Fernández, quien enfrentará juicio en 2018, por las torturas e indirectamente por el asesinato, al haber permitido el crimen.
Meses de horror
El caso causó conmoción en Los Angeles, California, debido a la brutalidad a la que fue sometido el menor, brutalmente golpeado, obligado a ingerir heces de gatos, forzado a dormir en un cajón, entre otros maltratos durante ocho meses que permaneció bajo la custodia de ambos acusados.
Gabriel Fernández murió el 24 de mayo de 2013 en un hospital local, dos días después de que los servicios de emergencia lo hallaran inconsciente en su domicilio, en Palmdale, un vecindario al norte de Los Ángeles.
Según la autopsia, el menor presentaba fractura craneal, varias costillas rotas y quemaduras en todo su cuerpo.
La fiscalía aseguró que Aguirre, de más de 1,80 metros de estatura y 122 kilos de peso, golpeó, pateó y quemó al niño hasta llevarlo a la muerte porque pensaba que era homosexual.
La agencia de noticias local ‘City News Service’, presentó una entrevista al fiscal Hatamia, donde declaró que el crimen no fue cometido por una enfermedad mental, si no que existía un odio hacia el niño porque no le caía bien, sospechaba que Gabriel era homosexual y por ello lo considera como algo malo.
Fuente: La Sexta