Los hombres hablamos principalmente tonterías cuando nos encontramos sin mujeres. Tenemos qué aceptarlo. Claro, algunos tenemos amigos con gustos en común, con conversaciones más interesantes, pero –por alguna razón– cuando nos hallamos rodeados de otros tipos, los únicos temas que parecemos poder compartir son banales, absurdos y sin sentido.
Esto tiene que ver con la influencia del contexto social. Nuestros padres hablaban de sexo, nosotros crecimos viéndolo y aprendimos que era lo más sencillo para compartir con grupos de tipos que sólo piensan en eso. Suele suceder. En las mujeres pasa algo similar y por lo general sólo se comparten algunas cosas entre ellas. (Aunque claro, esto ya no es el siglo XIX y un hombre puede tener una fuerte amistad en la que se comparta cualquier cosa).
La mente de los hombres (al menos en grupo) no es un enigma. Es muy fácil de comprender, y en realidad no resulta nada interesante cuando lo vemos. Lo siguiente podría no parecer una revelación para muchos, pero es la verdad; son los temas que se discuten cuando se encuentran en grupo y que demuestran que nuestras conversaciones no son tan complejas como muchos pueden pensarlo.
La última vez que tuvieron sexo (o todas las veces)
Con los amigos siempre es el momento para presumir la última aventura sexual, con absoluto detalle, y unas cuantas exageraciones. Es bien sabido que los hombres hablamos constantemente sobre el tema, pero poco se habla de qué tan explícito puede ser un relato o qué tan mezclado con la ficción se cuenta. No hay un motivo especial para hacerlo, simplemente sucede. Claro, cuando alguien ya tiene una pareja formal puede que las historias se detengan, pero mientras todo sea casual será contado en alguna plática “de hombres”.
Historias vergonzosas del pasado
«No se me paró». «¿Te acuerdas de la chica de la fiesta?». «…Y me vomité en su pantalón», son historias que sólo se cuentan a otros hombres y a amigas demasiado cercanas. Rememorar esos errores incómodos del pasado no resultan nada atractivos y son vergonzosos para contarlos al resto de las personas, especialmente aquellas historias sobre borracheras sin fin y accidentes asquerosos.
Cosas sobre el pene y problemas sexuales
Infecciones, disfunción, estética. Hablar de esas cosas es mucho más fácil con alguien que tiene la misma anatomía genital que con cualquier otra persona. Aunque puede hacerse con cualquiera de confianza, es mucho más común hacerlo en privado con un amigo. Quizá se burle o entienda, pero hay un acuerdo tácito de que nunca será contado a nadie más.
Banalidades
En otras palabras: estupideces, pendejadas. Citas de series o películas, teorías sobre los Transformers, suposiciones absurdas del mundo, burlas sobre deportes, quejas de videojuegos, comentarios graciosos sobre cualquier cosa. En serio, no existe un límite para las tonterías de las que puede hablar un grupo de hombres. Depende de los gustos de cada crew, pero en las borracheras y en cualquier momento, siempre se podrá hablar de idioteces sin ningún problema.
Quejas de las mujeres
De las mujeres en general. Por lo regular, los hombres silenciarán su opinión con tal de no ofender a las mujeres, sin embargo, en privado despotrican sin restricciones ni límites sobre todas las cosas que les molestan del género femenino. Puede que sean quejas clichés o cosas en específico de una pareja; no obstante, esto no significa que siempre sea completamente negativo o machista, sólo expresan su descontento como cualquier otra persona.
El físico de quienes los rodean
Senos, traseros, cuerpo, rostro, sonrisas, ojos. Siempre habrá un amigo con el que se comentarán esas cosas, sin importar de quién hablen. Aunque no sucede con todos los hombres, muchos lo hacen, quizá por costumbre o porque no hay algo inteligente de qué platicar, pero parece que es imposible evitarlo.