Una enfermera de la localidad británica de Chesterfield, Reino Unido fue hallada culpable de tomarse fotos obscenas con pacientes que se encontraban moribundos, en vez de cuidar de ellos.
La mujer trabajaba en un hogar de enfermos mentales permanentes, pero en lugar de cuidarlos, se drogaba y se tomaba fotos obscenas junto a los pacientes.
Michelle Vaughan fue despedida después de que el tribunal disciplinario escuchara los testimonios de los ancianos y sus propios colegas.
El informe calificó como “deplorable” su comportamiento y un “grave riesgo de daño potencial” para los pacientes.
La investigación surgió luego de que Vaughan se sacara una selfie con un anciano en una posición provocativa, mientras estaba de turno.
En la habitación siguiente, había un paciente a su cargo al que le quedaban sólo dos días de vida.
“Tapton Grove”, es el nombre de la residencia que tiene 63 habitaciones y brinda atención a hombres y mujeres con “necesidades de salud mental duraderas”. Vaughan confirmó que no desea volver a trabajar como enfermera y que “está enferma”.
Con información de The Sun