La madre de cuatro hijos llevó consigo a las compras a la más pequeña, Carly. La niña sufre de síndrome de Down, y no es sorpresa que la mujer y la hija llamen la atención. Por desgracia, en esta ocasión fue de manera extremadamente negativa.
Una mujer regañó a Suzie porque la pequeña estaba vestida muy ligeramente. El hecho es que la misma niña es quien lanzó sus zapatos, para entrar mejor en el carrito del súper, y no es algo que la mujer hubiera notado. Un empleado, al que la madre se dirigió por ayuda, resopló y se alejó de ella. Y le echó más leña al fuego un chico que pasó corriendo por ahí. Éste empujó a todos en su camino, sin importar si se trataba de una mujer, un niño o un viejito en la cola. Por fortuna, ese desafortunado día fue salvado por otra empleada de la tienda, quien, como la hija de Suzie, también tenía síndrome de Down.
Cuando la mamá le contestó que la niña conocía estos símbolos, la mujer, después de sonreír dijo: “Bueno, es hora de enseñarle uno más”, y le mostró una seña que significa “te amo”. ¿¡Cómo podrías no sonreír después de ver esto?!
En el mundo existen personas intolerantes que consideran que los enfermos de Síndrome de Down son simplemente un estorbo para la sociedad. Estos casos ayudan a cambiar lo que pensamos.
Entre la multitud de personas aceleradas, en una atmósfera llena de problemas, una sola empleada logró mostrar una imagen de bondad sincera. Estos momentos nos recuerdan la importancia del comportamiento gentil de unos con otros. Muéstrale este artículo a tu familia, comparte con ellos esta linda lección.
