El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a ponerse los patines este jueves y saltó a la pista de hockey sobre hielo para disputar el tradicional partido benéfico de viejas glorias de ese deporte a un mes del inicio del Mundial de fútbol.
Putin, un gran aficionado al judo y a los deportes de invierno, marcó cinco tantos y dio tres asistencias ante el júbilo de los miles de espectadores que acudieron al pabellón olímpico en Sochi (mar Negro).
El jefe del Kremlin, que suele jugar en el bando de las “Leyendas del Hockey”, fue ovacionado cada vez que uno de sus disparos besó las mallas.
El pasado año ya había marcado siete goles en un partido que despertó la suspicacias de algunos medios sobre que los jugadores rivales no se atrevían a jugar duro contra el presidente.
Al terminar el partido con victoria del equipo presidencial (12-7), Putin firmó varios autógrafos y regaló los palos con su firma a dos aficionados de corta edad.
El partido se disputó en el palacio de hielo Bolshói de Sochi, donde se disputó la final de hockey de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, que Canadá ganó a Suecia (3-0).
Putin, conocido aficionado al esquí alpino, participó por primera vez en este partido benéfico en 2011, pocos meses después de que aprendiera a patinar.
Desde que llegara al poder hace 18 años Putin apenas ha pisado en contadas ocasiones un estadio de fútbol, aunque el Kremlin ha confirmado que presidirá el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudí del próximo 14 de junio en el Luzhnikí.