El Gobierno de Perú evalúa establecer un mecanismo para que las empresas limpien áreas naturales contaminadas a cambio de que el Estado le descuente el coste de esa tarea de sus impuestos, en una modalidad semejante a la de obras por impuestos, afirmó hoy la ministra de Ambiente, Fabiola Muñoz.
En una reunión con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), la funcionaria denominó “pasivos por impuestos” a esta “buena alternativa para poner más recursos que ayuden al Estado a resolver los pasivos ambientales”. Muñoz confió en que el marco legal que regule este mecanismo pueda salir adelante como parte de las facultades legislativas otorgadas por el Congreso al Gobierno.
“Proponemos un cambio en la norma que regula las obras por impuestos para que una empresa utilice sus impuestos para limpiar pasivos. Sería perfectamente posible pero el marco legal, tal y como está hoy en día, no lo permite”, lamentó.
La ministra valoró que esta opción permitirá acelerar la limpieza de las zonas contaminadas, donde operan empresas que no son sus causantes, pero “son cosas que el Estado tiene que resolver de mucho tiempo atrás”.
Apuntó que esos pasivos son en gran medida la causa de la contaminación en personas.
Así es el caso de comunidades con altos niveles de metales pesados en su organismos como el plomo o el mercurio, producto de las actividades mineras en los Andes y en los ríos de la Amazonía.
Muñoz también consideró que existe consenso para que en los próximos meses el Congreso apruebe la ley que limita los productos de plástico y poliestireno expandido no reutilizables como bolsas y cañitas hasta eliminarlos de los comercios en 2021.
Deseó que el parlamento le dé prioridad una vez que retome las sesiones de su pleno tras el receso en el que se encuentra, ya que advirtió que unos cinco millones de peruanos comen cada día en envases de poliestireno expandido, conocido en Perú como tecnopor, elemento que es cancerígeno a temperaturas calientes.
También resaltó que la norma prohíbe de manera inmediata el uso de elementos de plástico en las áreas naturales protegidas y la entrega de envoltorios plásticos con los diarios o recibos.
Sobre la deforestación de la Amazonía peruana, Muñoz confirmó que el área deforestada en el año 2017 fue de alrededor de 143.000 hectáreas, la menor de los últimos cinco años, causada en su mayor parte por agricultura migratoria de cacao, café, palma aceitera y ganadería.
Advirtió que el 60 % de la deforestación registrada en Perú está concentrada en cuarenta municipios, por lo que está en conversaciones con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para establecer algún tipo de incentivo que anime a los municipios a frenar la reducción de la cobertura boscosa de sus distritos.
“La primera prioridad es mantener los recursos que tenemos. Tenemos un capital natural que debemos proteger y conservar. Realizar otra actividad económica en ese mismo territorio no puede implicar que el beneficio sea menor a la afectación”, indicó Muñoz.
“No es rentable para el país sacrificar bosque natural por agricultura. Lo mismo respecto al petróleo o la minería. No puedo aceptar una actividad económica que me puede generar más un perjuicio que un beneficio. No es una cosa que el Estado debiera aceptar”, agregó.
La ministra de Ambiente reconoció que el país necesita “hacer un cambio y traer mejores jugadores al país”. “Yo sí sueño tener un país donde podamos desarrollar actividades productivas con altísimos estándares ambientales y sociales”, concluyó.