En la tarde de este miércoles, en la tienda oficial de la Juventus en Milán, cuentan que se vendía una camiseta de Cristiano por minuto. Todos los tifosi quieren la elástica del fichaje soñado y hubo quien viajó a Grecia con una misión: conseguir la primera ‘bianconera’ firmada por el luso como futbolista de la Juventus.
Fue una idea de Michele Criscitiello, director del canal italiano Sportitalia: “Entendimos que el fichaje se habría cerrado ahí, como efectivamente ha pasado –cuenta a As–,quisimos estar presentes en directo y volver a casa con un premio”. El pasado domingo, Criscitiello envió a Carmine Rossi con este ambicioso objetivo: el reportero, antes de ir al aeropuerto, pasó por una una tienda de deportes y compró una camiseta de la Juve. Por error, se llevó una de la temporada pasada.
Rossi llegó al resort Costa Navarino y buscó contactos y amigos que le ayudasen para acercarse a Cristiano. El martes logró sacar unas fotos de la llegada de Agnelli e, inevitablemente, le echaron. En su breve estancia conoció al único afortunado turista italiano presente en la lujosa estructura. Le dejó la camiseta y le pidió, de rodillas: “Por favor, acércate a Cristiano y que te la firme. No me puedo ir sin su autógrafo”. “No te preocupes”, le contestó el turista. Fue la última vez que lo vio.
El italiano, efectivamente, se acercó al portugués y consiguió su firma, la primera en una camiseta de la Juventus tras haberse convertido en futbolista de la entidad de Turín. Luego, desapareció. Tras varias horas sin contestar al móvil, dio una imprudente señal de vida: publicó desde la cuenta Instagram de su empresa, una foto de su pequeña hija (que, además, sería milanista), vistiendo la valiosa elástica. La imagen se hizo viral y apareció en los medios de todo el mundo. Esa camiseta del año pasado que vimos en el aeropuerto, estaba ahí, con el deseado autógrafo. El problema es que nunca volvió a Italia con su dueño.
Al final, el turista contestó al teléfono. “La camiseta ahora es mía, lo siento”, dijo. Nada más. Luego se supo que ya la había publicado en Ebay para venderla y que recibió una oferta de 13.000 euros. “Le vamos a denunciar –anunció Michele Criscitiello– y una vez que hayamos recuperado la camiseta, la utilizaremos para una subasta benéfica”. Sería el final feliz de esta loca historia: a partir de hoy, aquella elástica será la más buscada en el mundo.
