El estado de Ohio en Estados Unidos ejecutó el miércoles a un asesino que había intentado justificar su crimen alegando haber sufrido un ataque de “pánico homosexual”, un argumento que ha sido muy criticado en el plano jurídico, aunque a veces se utilice en juicios.
Robert Van Hook, de 58 años, se disculpó y sollozó antes de recibir la inyección letal en la prisión de Lucasville, según los medios que testificaron la ejecución.
Había sido sentenciado a muerte por apuñalar fatalmente y mutilar a un hombre que conoció en 1985 en un bar de Cincinnati.
Los abogados de Van Hook habían utilizado, sin éxito, una línea de defensa extremadamente controvertida destinada a mitigar el castigo a la violencia cometida por un hombre bajo el pretexto de su repulsión por los actos homosexuales.
Este argumento permitió en Estados Unidos aminorar sentencias de asesinos que han alegado que actuaron cuando entraron en un estado de pánico causado por el avance de una persona del mismo sexo.
El concepto de “pánico homosexual” está de todas formas exento de los códigos penales de Estados Unidos y es muy combatido por las organizaciones de psiquiatras o abogados.
Algunos estados de Estados Unidos adoptaron una legislación que expresamente prohíbe esta línea de defensa.