El estadio Santiago Bernabéu puede presumir de una historia de finales sin igual, pero cuando el domingo Boca Juniors y River Plate se jueguen la Copa Libertadores, el coliseo blanco añadirá una nueva joya a su colección.
“Para el estadio es un orgullo esta final porque éste es un estadio que ha tenido grandes partidos y nunca tuvo un partido así”, dice a la AFP el director del diario deportivo AS, Alfredo Relaño.
En sus 71 años de historia el Bernabéu ha visto una final de Copa del Mundo, una de Eurocopa y cuatro de Ligas de Campeones, entre sus principales citas, así como tres finales intercontinentales, disputadas a doble encuentro.
– Final del Mundial de 1982 –
El 2 de julio de 1982, Italia ganaba 3-1 a la Alemania Federal en la final de un Mundial escaparate de una España que había vuelto recientemente a la democracia tras 40 años de dictadura.
Reinventado para la ocasión con una cubierta que cubrió tres cuartas partes de sus gradas y la colocación de marcadores electrónicos, el Bernabéu vio la gran explosión de alegría del presidente italiano Sandro Pertini (1896-1990).
El octogenario mandatario no dudó en celebrar por todo lo alto cada gol italiano, de manera poco acorde al protocolo, bajo las miradas contrariadas de los dirigentes germano-occidentales.
– Final de la Eurocopa de 1964 –
El 2 de junio de 1964 España, todavía en pleno franquismo, se pone en primer plano deportivo con la Eurocopa, que acabó ganando ante la Unión Soviética.
Para afrontar el partido, el seleccionador español José Villalonga dibujó en la arena un terreno de juego y explicó la táctica representando al adversario con unas piñas y a los españoles con 11 piedras, al tiempo hizo una pregunta famosa: “Éstas somos nosotros. Ellos son esto: una piña. ¿Qué son más fuertes, las piedras o las piñas?”.
Las ‘piedras’ acabaron imponiéndose 2-1 a la Unión Soviética en una victoria convertida en imagen deportiva de una dictadura anticomunista.
Este fue el primer y único gran logro del fútbol español hasta que llegó la exitosa década que incluyó dos Eurocopas (2008, 2012) y un Mundial (2010).
– Finales de Liga de Campeones –
Fundador de la Copa de Europa de clubes, que andando el tiempo se convertiría en la Liga de Campeones, el Real Madrid y su estadio acogieron la final de la segunda edición del máximo torneo europeo de clubes el 30 de mayo de 1957.
El Real Madrid de los Di Stéfano, Gento y Kopa ganó 2-0 a la Fiorentina italiana, alzándose con la segunda de las cinco Copas de Europa consecutivas que ganaría el equipo blanco, en los inicios de esta competición tan querida por el club blanco.
Doce años más tarde, el coliseo ‘merengue’ fue la sede de la victoria del Milán 4-1 sobre el Ajax de Ámsterdam el 28 de mayo de 1969, final que se hizo famosa por la imagen del árbitro del encuentro, el español José María Ortiz de Mendíbil, saliendo a hombros de los aficionados del estadio, al más puro estilo torero.
El Bernabéu vería otras dos finales europeas máximas el 28 de mayo de 1980 cuando el Nottingham Forest ganó 1-0 al Hamburgo y el 22 de mayo de 2010, ya con el nuevo formato de Liga de Campeones, en que el Bayern de Múnich cayó 2-0 ante el Inter de Milán.
Los italianos, que alzaron su tercera Copa de Europa, estaban entrenados por el portugués José Mourinho, que abandonó el club tras ese éxito para sentarse en el banquillo del Real Madrid como técnico blanco.
– Finales de la Copa Intercontinental –
Al igual que las dos Copas de la UEFA que ganó el Real Madrid en 1985 y 1986 cuando éstas se jugaban a doble partido, el Bernabéu también fue escenario de tres Copas Intercontinentales cuando se jugaban a doble encuentro.
En 1960, año de su nacimiento, el Real Madrid empató 0-0 en el campo del Peñarol, al que venció 5-1 en Madrid, y en 1966 fue el club uruguayo el que ganó 2-0 tanto en Madrid como en Montevideo.
El Santiago Bernabéu también acogió un partido de desempate de la final Intercontinental que disputaron en 1964 el Inter de Milán y el Independiente de Avellaneda, que ganaron los italianos 1-0.
Y ahora se dispone a redondear su historia con una final de Libertadores inédita.
“Tener un River-Boca en el Bernabéu es un regalo de la providencia, tener un partido tan grande, tan bonito, tan impresionante”, consideró Relaño.