Recientemente la NASA dio a conocer que su Laboratorio de Propulsión a Chorro sufrió un ataque cibernético en el que lograron robarse 500 megabytes de información, aunque no revelaron la importancia de lo robado, aunque sí se sabe que era parte de material considerado como restringido.
Lo inusual es que se utilizó una microcomputadora, de un modelo que se usa para enseñar informática a nivel escolar básico, y también para controlar algunos procesos industriales en empresas.
Se trata de la Raspberry Pi 4, la versión más actualizada de la computadora del tamaño de una tarjeta de crédito, que como puedes ver, no tiene teclado, ni mouse, ni pantalla, ni nada, y justamente por eso ha sido un éxito, además de que su capacidad es enorme.
Esta microcomputadora surgió como un proyecto de investigadores y estudiantes de la Universidad de Cambridge, pero resultó todo un éxito, vendiendo millones de unidades cada año, ya que su precio de 35 dólares la hace muy accesible.
Es un ordenador de placa única, que cuenta con los puertos necesarios para conectarla a otros dispositivos, como el teclado, la pantalla y demás, y ahora tiene capacidad para aplicaciones multimedia, y como vemos, también para robar información.
El ladrón ingresó al sistema de la red interna del Laboratorio de Propulsión a Chorro, donde se han dedicado al diseño de los robots que se envían a diversas misiones en Marte, y utilizando una Raspberry Pi, hackeó la cuenta de usuario y así pudo lograr el robo.
Nick Whitfield, jefe de Panaseer, compañía de seguridad, manifestó:
Es extremadamente difícil para las organizaciones grandes y complejas como la NASA, ser perfectas para mantener la visibilidad y el control total de todos sus dispositivos.
Y es que durante 10 meses el pirata cibernético estuvo operando sin ser detectado, tiempo en el que pudo acceder a 23 archivos, aunque como dijimos al principio, no se ha dado a conocer el tipo de información o el destino que tuvo lo robado.