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5 razones por las que ser un olvidadizo es señal de que es más inteligente

Un descuido lo tiene cualquiera. Pero lo que pocos toleran es convivir con alguien que no recuerda dónde dejó las llaves, cuándo es el cumpleaños, por qué no encuentra el carnet del trabajo.

Ese aparente trauma de ‘Dory’ podría tener una explicación muy concreta. No estamos hablando de los primeros síntomas del Alzheimer, una triste enfermedad degenerativa y que trae dolor a los seres queridos del paciente. Se trata de prestarle un poco de atención a la evidencia científica y qué han encontrado diferentes estudios sobre esa aparente falta de atención de algunas personas cercanas a nosotros.

Son los que se quedan mirándonos por largo rato pero no son capaces de pronunciar nuestro nombre. O usted mismo, que no logra recordar dónde dejó el celular, que se levanta del restaurante y no recuerda que le falta pagar la cuenta. O que sencillamente, después de pagar en la caja del supermercado tiene que regresarse porque dejó la mercancía sobre la bandeja de reparto del mostrador.

La azón de tanto descuido, mejor dicho de esos olvidos puede ser sencilla: esa persona o usted (si es que está leyendo para olvidar esto en 5 minutos) es más inteligente que los demás. Por extraño que suene, el cerebro de los olvidadizos está liberando capacidad y eso dispone al organismo a aprender cosas diferentes. Esto dicen algunos estudios

  1. Tienen más capacidad cognitiva

Borrar recuerdos competitivos en el día confiere una mayor capacidad cognitiva para preservar los asuntos más importantes, según reveló un estudio del Laboratorio de aprendizaje Biológico  y Artificial del Instituto Universitario del Hospital Italiano. La revista Gognition recopiló la información y explicó que cuando el hipocampo generaba nuevas neuronas, las memorias adquiridas recientemente eran mejor retenidas y recordadas; mientras que las memorias más antiguas eran difíciles de recuperar, debido a fenómenos de interferencia producidos por las recién llegadas.

Esto quiere decir que cuando olvidamos, es porque borramos recuerdos que no tienen mucha trascendencia, los cuales compiten por sobrevivir frente a aquellos asociados a un objetivo relevante en la vida de cada individuo y que se asentaron en la memoria de largo plazo.

Desarrollan más materia gris

La conclusión es de Ryota Kanai, investigador del University College de Londres y coautor de un estudio publicado por la revista Journal of Neuroscience. Él con su equipo encontró que las personas que se distraen con más facilidad en asuntos minúsculos (como por ejemplo una mosca o el paisaje en la ventana) suelen desarrollar un volumen mayor de materia gris en el lóbulo pariental superior. Algo aparentemente contradictorio ya que en teoría tener más neuronas debería ayudar a mejorar la retención.

Sin embargo, en la era de la sobrecarga de información, esto puede resultar ventajoso. La teoría de estos científicos apunta a que a medida que el cerebro madura, se destruyen algunas neuronas y conexiones nerviosas y ese proceso ayuda al control de la atención.

Tienen mejores ideas

Si su máxima concentración es de 20 minutos (lo que dura un capítulo de una serie) y luego es incapaz de describir qué vió, lo más probable es que tenga un intelecto superior al resto del mundo, según un estudio publicado por el proveedor de espacios de trabajo Steelcase.

Esta investigación tomó en cuenta a 10 mil trabajadores de 17 países distintos y encontró que las personas que tienen dificultad de concentrarse en el trabajo es porque en sus mentes corre un torrente imparables ideas innovadoras que esperan ser aterrizadas. No se sienta mal si olvidó su propio cumpleaños, a lo mejor algo grande está por venir.

El olvido tiene muchos detractores, menos Blake Richards, un investigador de la Universidad de Toronto (Canadá) quien defiende el hecho de no recordar quién fue el más veces campeón del mundo de la Champions League (aún cuando estuvo viendo el partido) y esto es porque “la clave de la memoria es hacer que las personas puedan tomar decisiones inteligentes dadas determinadas circunstancias”. Y para eso, olvidarse de las cosas sin importancia puede ser fundamental, dice este científico.

Por eso, es importante que el cerebro se olvide de detalles irrelevantes y en que se centre en lo que ayuda a tomar decisiones en el mundo real”, señalaba Richards. Él, junto a su compañero de investigación Paul Frankland están seguros que lo olvidos son como un mecanismo de seguridad del cerebro para evitar la sobrecarga de información.

Mejoran su desempeño

La dupla Richards-Frankland buscaron (y encontraron) señales de debilitamiento ‘deliberado’ de los recuerdos en el cerebro, para saber si estos mecanismos de olvido podían ayudar a tomar mejores decisiones. Para eso, hicieron pruebas de ‘olvidos’ en ratones. El sentido común dictaba que los ratones con memoria de ‘pollo’ tendrían un peor desempeño.

Pero, a diferencia de lo que esperaban, ante un laberinto nuevo los ratones a los que habían inducido a olvidar otros laberintos lograron encontrar las ubicaciones con mayor rapidez que los ratones de memoria intacta. Habían desaparecido los detalles, pero el aprendizaje estaba ahí.

Aunque esta investigación puede generar algún debate y será poco útil para explicar por qué su billetera aparece entre sus medias, al menos le permitirá conocer un poco más los todavía misteriosos mecanismos de la memoria humana.

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