¡No! No quiere decir que ser amable sea malo, sin embargo si es en exceso podría serlo, según los expertos. Incluso podría llegar a ser desagradable o incómodo para los demás.
Por otro lado, a veces caemos en ser “todo” el tiempo amables, para quedar bien con todo el mundo o buscar su aprobación. Eso es totalmente desgastante e innecesario. Con tal de serlo, decimos que sí a todo, e incluso ponemos a los demás antes que a nosotros mismos. ¿Crees que esto es saludable? Por supuesto que no.
¿Sabes entonces cuáles son las desventajas de ser excesivamente amables? Los expertos nos cuentan.
- Inseguridad.
- Baja autoestima.
- Menor autoconocimiento.
- Relaciones poco auténticas y tóxicas.
- Reforzamiento del sentimiento de culpabilidad.
- Produce dependencia en las relaciones.
- Genera ansiedad.
- Provoca la necesidad de quedar bien con todos y en todo momento.
Es momento de analizar si, en lugar de ser una persona cordial y amable, te estás convirtiendo en alguien que se anula con tal de quedar bien, con tal de obtener la aprobación de los demás; si es así, se convierte en amabilidad tóxica.
¿Qué puedes hacer entonces para llegar a un equilibrio, y no caer en el exceso de amabilidad?
- Debes poner límites: Y no te sientas culpable, tienes derecho a hacerlo. Si lo haces, las personas sabrán hasta dónde llegarás.
- Deja a un lado la culpa: Como lo mencioné en el punto anterior, no te sientas culpable por poner límites o decir que no. No es dejar de ser amables en su totalidad, es poner las cosas claras y respetarte.
- Prioriza: ¡Sí! Evalúa cuáles son tus prioridades, no olvides que tú eres muy importante, organízate y ámate.
- Conócete: Debes tomarte un tiempo para conocerte, y ser paciente para hacerlo, esto te ayudará a encontrar un equilibrio.
Repito, no quiere decir que ser amable sea malo, no…pero si caemos en el extremo sí. No permitamos que los demás se aprovechen de eso, recordemos lo importantes que somos y el respeto que merecemos. ¿Qué tan amable eres?
Fuente: https://bit.ly/2Meuizj
