Kitten Kay Sera se despierta con una sonrisa, extendiendo sus brazos sobre su cama rosa mientras su pelo rosa caía sobre su almohada rosa.
Estirándose perezosamente, la señorita Kisses, el perro de Kitten, bostezó. En la mesita de noche de Kitten, su teléfono estaba junto a su lámpara del mismo color.
La luz del sol se asomaba a través de las cortinas y, mientras Kitten miraba a través de su habitación, estaba en el cielo, lo único que no tiene el color que le obsesiona.
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La afección de Kitten comenzó casi por accidente hace 34 años. Era su 20º cumpleaños y estaba tratando de decidir qué ponerse para su fiesta. Se decidió por una blusa, una falda, zapatos y accesorios rosados.
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“Me sentí fabulosa. Pensé que si usar tanto rosa podría hacerme sentir fantástica, ¿por qué no usar rosa todos los días? Volver a usar jeans y una camiseta blanca me parecía ridículo. No quería esperar hasta la próxima ocasión especial para volver a sentir el color rosacreíble. Quería sentirme y lucir guapa en color rosa todos los días. Vendí mi auto, así que tuve suficiente dinero para dejar mi ciudad natal de Houston, Texas, y dirigirme hacia las brillantes luces rosadas de Hollywood”, Aseguró Kitten.
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“Me gusta decir que soy un flamenco en un mundo lleno de palomas. Cuando camino por una calle concurrida durante el viaje diario a la mañana, todo el mundo viste de gris y negro. No hay expresión, ni individualidad. Sin embargo, la gente cree que soy una loca”, relató.
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Con los años, Kitten estima que ha gastado más de un millón de libras en su costosa vida.
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