Un hombre y ecologista indio G.D. Agarwal, de 87 años, murió hoy tras 109 días en huelga de hambre para exigir al Gobierno de la India salvar al Ganges, el río indio más sagrado para el hinduismo, de su degradación ambiental.
Hombre debate hasta la muerte
“G.D. Agarwal, nuestro principal ecologista que ayunó por 109 días para salvar el Ganga (nombre del Ganges en sánscrito), fue trasladado por la policía de Uttarakhand y fue hospitalizado ayer. Falleció hoy después de sus súplicas para salvar el río”, informó en la red social Twitter el abogado y activista Prashant Bhushan.
“Este mundo no es para las almas puras”, añadió al tiempo que acusó al primer ministro indio, Narendra Modi, de permitir que las “súplicas” del ecologista no fueran escuchadas.
El activista, que comenzó un ayuno indefinido el pasado 22 de junio, fue trasladado ayer por el deterioro de su salud a un hospital del distrito de Dehradun, en el estado de Uttarakhand (noreste), confirmó a Efe la Policía local.
Ni las autoridades ni el centro médico han informado hasta el momento de la causa de la muerte.
El primer ministro indio expresó su pesar al poco tiempo de que se conociese la noticia y aseguró que su mensaje sobre el medio ambiente sería siempre recordado.
“Afligido por la desaparición de Shri G.D. Agarwal Ji. Siempre se recordaré su pasión por el aprendizaje, la educación y el medio ambiente, especialmente la limpieza del Ganga. Mis condolencias”, expresó Modi en un mensaje en la misma red social.
Medios locales difundieron una misiva escrita a mano y atribuida al ecologista en la que aseguraba que, tras haber sido ingresado al centro de atención, los médicos habían explicado los problemas de su prolongado ayuno y habían pedido que aceptase la administración de suplementos para restablecer su condición física.
“He estado de acuerdo en aceptar la administración de potasio (…) Estoy sinceramente agradecido con (el hospital de) AIIMS por su apoyo a mi causa”, dice al pie de la carta fechada al día de hoy.
El activista había emprendido una huelga de hambre “hasta la muerte” en 2012 para “salvar” el río Ganges a la que puso fin más de dos meses después al lograr concesiones del Gobierno indio.
La cuenca del Ganges nutre de vida a un tercio de las tierras que forman parte de la India y no solo presta sustento a gran parte de la población, sino que es uno de los ejes de peregrinación de los hindúes, que acuden en masa a sus orillas.
Aparte de los residuos biológicos, numerosas industrias peleteras situadas en la ribera vierten desechos de cromo y otros metales al río, que está sometido a una intensa presión por la construcción masiva de presas en sus afluentes. EFE