Una mujer con el corazón roto pasó dos semanas con su hija muerta, incluso llevándola a pasear en su carruaje.
Se enamoró de ella a primera vista
Emma Woodhouse, de 27 años, dio a luz a las gemelas Jessica y Bella en junio de este año.
Se realizó una cesárea de emergencia a las 29 semanas después de que el cordón umbilical de Jessica se rompiera en el útero.
Bella sobrevivió milagrosamente al traumático nacimiento, pero Jessica nació trágicamente muerta a pesar de que los médicos lucharon por 22 minutos para resucitarla.
Pero gracias a un catre de enfriamiento, la madre de cinco pudo llevar a Jessica a casa y pasar quince días cuidando a su hija, bañándola, llevándola a pasear con su esposo Paul e incluso presentándola a sus otros hijos antes de su cremación.
Emma, que cree que Jessica murió para salvar a su gemela, incluso planea comprar regalos de Navidad y una media para la bebé este año.
Emma, de Lancaster, Lancs, Inglaterra, Reino Unido, dijo: “Desde el momento en que nació Jessica, me enamoré de ella, se veía tan perfecta. Pasar esa quincena con ella y su hermana fue maravilloso”.
“Queremos mostrar a las personas que es posible pasar tiempo con su bebé después de que hayan muerto y crear recuerdos con ellos. Este no debería ser un tema tan tabú”, agirmo.
“Su rostro era tan perfecto, no quería dejarla sola. Aunque ella falleció, ella es mi hija y yo quería pasar tanto tiempo con ella como pudiera”, lamentó.
Una oportunidad de hacer recuerdos
Emma tuvo un embarazo de alto riesgo porque tenía un útero en “forma de corazón”, lo que significa que sus mellizas corrían el riesgo de nacer prematuramente.
Después de empezar con el trabajo de parto en casa con solo 29 semanas, Emma fue llevada a la enfermería de Royal Lancaster para una cesárea de emergencia.
Los médicos pudieron entregar a Bella de manera segura, pero no pudieron reanimar a Jessica.
Emma y Paul pudieron pasar una preciosa quincena visitando a su hija todos los días, pasando tiempo con ella y llevándola a pasear por los terrenos del hospital.
Incluso le presentaron a Jessica a la hermana gemela Bella mientras aún estaba en una incubadora, colocándolos a los dos de lado a lado.
La pareja también pudo presentar a sus otros hijos, los hermanos Jack, cinco, y Mikey, cuatro, y su hermana Nicole, dos, a su hermana pequeña.
Durante la segunda semana, las enfermeras permitieron a Emma y Paul colocar a Jessica en una canasta de Moses en el depósito de cadáveres del hospital para evitar que la piel se deteriorara.