Europa se enfrenta a una crisis migratoria, debido a que miles de refugiados intentan llegar a ese continente, por lo que la Unión Europea quieren frenar el flujo migratorio.
Mientras el debate por la crisis humanitaria crece, Francia y Bélgica, dos de los países con más inmigrantes, se enfrentan en el mundial de fútbol, por un boleto a la final del torneo que se celebra en Rusia.
Las dos selecciones que están a un paso de la final, gracias a jugadores de origen africano.
Casi el 80 por ciento de la plantilla de “Les Bleus” son hijos de inmigrantes, mientras que en Bélgica la cifra alcanza el 48 por ciento.
La gran estrella de “Les Bleus”, Kylian Mbappé, es de padre camerunés y madre argelina, entre los titulares habituales están además Samuel Umtiti (Camerún), Blaise Matuidi (Angola), Paul Pogba (Guinea) o N’Golo Kanté (Mali).
Romelu Lukaku, el máximo goleador de los belgas, nació en el Congo.
En ese país tienen también su origen Vincent Kompany y Michy Batshuayi. Las familias de Marouane Fellaini y Nacer Chadli emigraron desde Marruecos.
Si nada extraño ocurre, Lukaku será titular mañana en San Petersburgo. Es posible que Bélgica juegue con tres futbolistas de origen inmigrante más en el once titular.
En Francia tienen su sitio asegurado Mbappé, Umtiti, Pogba, Kanté y Raphael Varane. Las raíces familiares de todos ellos están lejos de Francia.
“Las selecciones de Bélgica y Francia no podrán resolver los problemas de sus países”, señaló esta semana el experto Afshin Molavi en un artículo en “The Washington Post”