La deflagración, de una virulencia extrema, devastó barrios enteros de la capital libanesa, matando a más de 150 personas.
La deflagración, de una virulencia extrema, devastó barrios enteros de la capital libanesa, matando a más de 150 personas.
Las explosiones dejaron al menos 137 muertos, decenas de desaparecidos y unos 5 mil heridos.