Emmanuel Macron espera mucho de las elecciones legislativas alemanas. Y aunque ya festeja la probable ‘reelección’ el domingo de la canciller Angela Merkel, la luna de miel entre ambos podría ser más corta de lo que espera.
El presidente francés no ha escatimado esfuerzos desde su elección en mayo para consolidar el fuerte vínculo que une a París y Berlín, con una ambición de fondo: “reconstruir” Europa después del terremoto del Brexit.
Sin dudas, su proyecto europeo es más cercano al del candidato socialdemócrata Martin Schulz, pero cultiva una complicidad con la canciller, del campo conservador.
“Macron es consciente del provecho que puede sacar de la posición internacional de Angela Merkel para hacer avanzar sus ideas en Europa”, señala Ronja Kempin, experta en temas europeos del Instituto alemán para asuntos internacionales y de seguridad (SWP).
Muy activo en la escena europea, el mandatario francés aboga por una reforma de la zona euro, con la creación de un presupuesto, un ministerio de Finanzas y un parlamento propios.
– Divergencias –
Este tema es tabú, ya que si bien Francia espera reactivar de esta forma la inversión y el crecimiento en Europa, Berlín mira con recelo todo lo que pueda asemejarse a una mutualización de las deudas, e insiste en un control estricto de los déficits públicos.
“Macron y Merkel se conocen bien, la canciller está dispuesta a apoyarlo pero existen divergencias”, apunta Claire Demesmay, politóloga del Instituto alemán de política extranjera (DGAP) con sede en Berlín.
Cuando Francia defiende la “solidaridad”, el reparto de los recursos, Alemania exige más “control” de los Estados, dos principios “difícilmente compatibles”, subraya la investigadora.
¿Quién financiará el presupuesto de la eurozona? ¿Qué poderes tendrá su ministro de Finanzas? Todas estas preguntas agitan a Alemania, estandarte de la ortodoxia financiera.
Deseoso de brindar garantías, Macron emprendió una serie de reformas económicas y sociales para reducir el endeudamiento de su país y fortalecer su competitividad.
Sin embargo, la canciller ofrece un apoyo cauteloso a su homólogo. “El presidente francés es muy ambicioso y esto no gusta a todo el mundo en Berlín”, indicó el diario alemán Süddeutsche Zeitung, citando fuentes gubernamentales.
– El ‘Rey Sol’
Una vez que se celebre esta elección, “Alemania y Francia no se irán de luna de miel sino que tendrán que hacer frente a divergencias serias sobre las finanzas y las instituciones europeas”, predijo el rotativo.
El estilo del presidente, rimbombante y siempre dispuesto a tomar la iniciativa, no es visto con buenos ojos en Berlín. “Macron se comporta como si fuera el ‘Rey Sol’, como si estuviera tocado por la gracia divina para gobernar, eso no va muy bien con los alemanes”, dijo a la AFP una fuente del gobierno alemán.
El futuro de sus ambiciones europeas -que expondrá el 26 de septiembre- dependerá en gran medida de la futura coalición en el poder en Berlín. Aunque Angela Merkel tiene asegurada su victoria necesitará de un socio para formar una mayoría.
La reconducción de la “gran coalición” entre conservadores CDU/CSU y SPD es la opción más favorable para París.
Al contrario, el regreso al poder de los Liberales (FDP), que rechazan las propuestas francesas de reforma de la zona euro, podrían poner a Macron en aprietos.
“Al mismo tiempo, hay una toma de consciencia muy fuerte en Alemania sobre la urgencia de acción”, indica Hélène Miard-Delacroix, especialista de las relaciones francoalemanas en La Sorbona, en París.
El auge del populismo, la incertidumbre relacionada a Donald Trump… Todo esto hace urgente la necesidad de llegar a un “acuerdo directo, constructivo y sin hipocresía” entre París y Berlín, apunta.