Los ciudadanos de Guatemala, junto con los de Ecuador y Uruguay, son los más optimistas de América Latina en la lucha contra la corrupción y muchos muestran su disposición a participar en iniciativas de esta índole.
Así lo destaca el informe “Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe” que la ONG Transparencia Internacional (TI) publicó hoy y donde, respecto de Guatemala, señala que las personas entrevistadas tienen una visión “positiva” sobre las acciones que realiza el Gobierno.
No obstante, tanto en el país centroamericano como en los dos países suramericanos, advierte que “hay mucho por mejorar”, pues el soborno sigue estando “bastante extendido” entre los usuarios de servicios públicos (28 %).
La Policía es corrupta
En Guatemala muchas personas consideran que la policía es “sumamente corrupta” y asigna calificaciones “desalentadoras respecto de la merma reciente” del nivel de corrupción, una evidencia de que “se puede hacer más para demostrar al público que la lucha contra la corrupción es seria”.
Este informe, en el que las preguntas del Barómetro Global de la Corrupción 2017 se aplicó mediante encuestas presenciales en América Latina y el Caribe con una selección al azar de adultos en los 20 países sondeados, recuerda que las elecciones de 2015 dejaron en Guatemala a Jimmy Morales electo con un “amplio apoyo popular”.
Sin embargo, continúa el documento, la administración de Morales, que logró la Presidencia bajo el lema “Ni corrupto, ni ladrón”, se vio empañada “pronto” por escándalos en los que, presuntamente, están involucrados familiares suyos y el vicepresidente, Jafeth Cabrera.
“Actualmente tiene varios frentes de presión, pues su vicepresidente y varios familiares están presuntamente implicados en escándalos de corrupción y, más recientemente, en dos contratos de US $80 mil dólares por meses suscritos con el lobby estadounidense. Diversos activistas reclaman que se investiguen los contratos”, detalla.
Hacen bien su trabajo
Pero esta encuesta ciudadana, en la que un 42 por ciento considera que el nivel de corrupción es el mismo, casi como en Argentina (41 por ciento), señala además que un cuarto de las personas entrevistadas opina que su Gobierno no está haciendo mal el trabajo, por lo que creen que las propuestas revelan una “perspectiva positiva”.
“Muchos ciudadanos consideran que su Gobierno está actuando bien y pocos son los que creen que la corrupción está aumentando”, agrega, aunque advierte que este sondeo se realizó cuando Morales había sido electo con un “amplio apoyo popular”.
Las diferencias entre esta encuesta de TI y su popular Índice de Percepción de la Corrupción tienen que ver, principalmente, con que éste pregunta por la experiencia personal de personas corrientes, mientras que el segundo interroga a expertos.
