Más del 90% de las reservas mundiales de armas atómicas están en manos de Rusia y Estados Unidos, que forman junto a otros siete países, entre estos Corea del Norte, el cerrado club de potencias nucleares.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), laureada con el Nobel de la Paz, obra por obtener la prohibición y eliminación de unas 15.000 ojivas nucleares registradas en el mundo.
Unas 4.000 están actualmente desplegadas y listas para ser empleadas, según estimaciones de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS).
Hasta ahora, únicamente Estados Unidos recurrió al arma nuclear, los 6 y 9 de agosto de 1945, contra las ciudades japonesas de Hiroshima (140.000 muertos) y Nagasaki (70.000 muertos). Estos dos bombardeos precipitaron la capitulación de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Firmado en 1968 y vigente desde 1970, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) obliga a los cinco países que oficialmente disponen de la bomba atómica (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China) a no transferir tecnología militar nuclear a otros países. El TNP prohíbe además a los países no dotados del arma a procurarse o a fabricar.
Algunos países renunciaron desde entonces a su programa nuclear militar, como Suecia (1968), Suiza (1969), Sudáfrica (1991) y las exrepúblicas de la Unión Soviética.
Pese al TNP, cuatro Estados se dotaron oficiosamente de la bomba nuclear: Pakistán, India e Israel (que nunca lo ha confirmado ni desmentido) -ninguno de ellos firmante del tratado-, y más recientemente Corea del Norte, que se retiró del acuerdo en 2003.
Entre los científicos acusados de haber participado en la proliferación atómica figura el paquistaní Abdul Qadeer Khan, considerado un héroe en su país por haber suministrado al mundo musulmán su primera bomba nuclear.
En 2004, confesó haber vendido secretos nucleares a Irán, Libia y Corea del Norte. Se retractó en 2009, tras haber pasado varios años bajo vigilancia en su domicilio.
Irán constituye un caso particular. Sospechoso según la comunidad internacional de buscar desarrollar el arma atómica en los años 2000, Teherán concluyó en julio de 2015 un acuerdo con las grandes potencias que garantiza el carácter civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento progresivo de las sanciones internacionales.