Incansable e incapaz de parar -“descansar para mí es hacer cosas diferentes”, asegura-, el célebre compositor y cantante español José Luis Perales retorna al mercado con una segunda novela, “La hija del alfarero”, solo dos años después de su primera incursión en la narrativa.
“A mí lo de ser escritor me sigue pareciendo una anécdota”, asegura sin embargo, durante una entrevista hoy con Efe, en la que afirma que vive esta faceta “como un relajo y una liberación” que le permite dar aire a unas creaciones que, en una de sus canciones, “vivirían comprimidos en tres minutos”.
Como ya sucediera con su primera novela, “La melodía del tiempo”, Perales vuelve a recurrir a la memoria como fuente de inspiración. “Siempre que escribo, tanto para una novela como para un tema, parto de un hecho real, aunque luego lo lleve a otros mundos, así que mis personajes existen, los saludo y los veo”, explica.
‘La hija del alfarero’
Es fácil ver los paralelismos en “La hija del alfarero” (Plaza & Janés) con su propia vida. “Amante del barro desde niño, de la cerámica y de la belleza estética tan castellana de los pueblos con sus viejas tejas árabes” (por oposición a los techos de uralita, protesta), la acción arranca en un paisaje inspirado en su Castejón natal (centro de España), que es su “Macondo particular”.
“Yo me he educado siempre en lo familiar. Ese ha sido mi punto de partida y el de vuelta, el del sueño del reencuentro, de volver a casa”, apunta.
Perales (Cuenca, 1945) recorre de nuevo un tiempo que respiró en primera persona, en el que “el azúcar moreno era el de los pobres, el bacalao se comía crudo con un poco de pan y los niños iban a la escuela con su ceporro (cepa vieja para la lumbre) para alimentar la estufa”.
Con información de Javier Herrero/Agencia EFE