Este caso, que despertó gran interés mediático en el país, intensificó la oposición de la población de Okinawa a la presencia masiva del ejército estadounidense en esta pequeña isla del Pacífico, que acoge a más de la mitad de los 47.000 soldados norteamericanos desplegados en Japón.
El acusado, de 33 años, un exmiembro del cuerpo de los marines que en el momento de los hechos trabajaba como empleado en la base aérea de la US Air Force de Kaneda en Okinawa, había sido detenido por la policía japonesa en la primavera de 2016.
Durante su juicio, que comenzó a mediados de noviembre, Kenneth Franklin Shinzato reconoció haber agredido sexualmente a Rina Shimabukuro, pero negó haberla matado intencionalmente.
Según la fiscalía, que había pedido la cadena perpetua, el exmarine estranguló a la joven con sus manos antes de apuñalarla.
Cadena perpetua para asesino que engañó a niña por Facebook.
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Hace unos meses, el padre de Rina Shimabukuro había afirmado en un comunicado que la familia de la víctima esperaba que el agresor fuera condenado a la pena de muerte.
“Pensamos en ella y rezamos por su alma todos los días (…). No podemos perdonar”, había dicho el padre de la víctima.
Los casos repetidos de violaciones, agresiones o accidentes de carretera en estado de ebriedad que implican a personal del ejército estadounidense en Okinawa acentúan con regularidad la ira de los habitantes, que ya se manifestaron en numerosas ocasiones para exigir que los estadounidenses se marchen.
El último de estos hechos tuvo lugar hace menos de dos semanas, cuando un marine causó un accidente de tráfico en Okinawa mientras conducía un camión en estado de embriaguez. Un japonés de 61 años murió en el choque.
Con información de la agencia AFP
Condenan a cadena perpetua un extremista que mató a un policía en Alemania.
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