Personas que no tienen donde ir por falta de recursos y se niegan a renunciar a sus escasas pertenencias, aunque ello implique continuar viviendo en tiendas de campaña en plena temporada invernal, esto tras tres meses después de haber ocurrido el terremoto en México el 19 de septiembre.
En San Luis Potosí 100, en la moderna colonia (barrio) Roma, una lona gigante cubre la fachada de un edificio bajo. En apariencia, podría ser uno de tantos inmuebles en remodelación en esta zona copada de bares y en pleno proceso de gentrificación.
Realidad amarga
La realidad es mucho más amarga para las 26 familias, unas 80 personas, que vivían en esta vecindad de departamentos pequeños y con más de 90 años.
El 19 de septiembre, cuando un terremoto de magnitud 7,1 impactó el centro y sur de México causando 369 víctimas mortales, los inquilinos vieron cómo las paredes de la mayoría de viviendas se agrietaban por completo, del suelo al techo, e incluso cayeron algunas paredes.
Unos cuantos se fueron con familiares, algunos alquilaron otras habitaciones o departamentos y una veintena sigue pernoctando en tiendas de campaña, en condiciones insalubres, frente al edificio.