En Libia, las jugadoras de la selección nacional femenina de fútbol deben luchar en dos frentes: en el terreno de juego contra sus rivales y fuera de él contra los estereotipos de una sociedad patriarcal que intentan cambiar chutando el balón.
En este país ultra-conservador, aparecen críticas exacerbadas cada vez que una de sus deportistas o un equipo femenino salta a la palestra en los medios o en las redes sociales.
Humillaciones
“Ve a cubrirte”, o “tu lugar está en casa”, “no tienes un hombre que te eduque”, son algunas de los simplistas y humillantes comentarios que se escuchan con asiduidad.
Saida Saad, delantera de la selección, afirma que escucha estos comentarios inapropiados cada vez que acude o vuelve de los entrenamientos.
Al igual que sus compañeras, Saida viste un panti opaco para cubrir sus piernas, pero eso no basta para acallar las críticas.