Un cliente de un restaurante en Montevideo, Uruguay, acababa de ordenar la cena cuando repentinamente cayó al suelo.
El hombre comenzó a convulsionar y se ahogaba con su propia lengua.
Harold Cuesta, un cubano que trabajaba como cocinero en el restaurante La Pasiva, en Montevideo, al escuchar los gritos, salió de inmediato a auxiliar al comensal.
“Le saqué la lengua, lo puse de costado para que no tragara saliva e hiciera una broncoaspiración, y luego comencé a realizarle los primeros auxilios: reanimación cardíaca y boca a boca”, explicó el joven de 29 años, quien resultó ser licenciado en radiofísica médica.
El proceso duró unos 15 minutos de reanimación intensiva, mientras una ambulancia llegaba al lugar. “Cuando le estaba haciendo la reanimación, el paciente hizo una respiración fuerte y volvió en sí”, contó Harold quien emigró de Cuba, hace cinco meses para mejorar el estilo de vida para él y su esposa.
Desde que realizó su acto heroico ha ocupado titulares de los principales medios de Uruguay.