Bjorn Kuipers, el holandés que puede afirmar ser el árbitro más rico del mundo, es el hombre que se hizo cargo del último enfrentamiento de la Copa Mundial de Inglaterra con Suecia.
Kuipers, de 45 años, recibió el choque de cuartos de final en Samara a pesar de decirle a Neymar que “se calle” cuando ofició el partido de Brasil contra Costa Rica en las etapas de grupos.
Él ya ha dejado su huella en el juego al darle a Jordan Henderson con su labor en las primeras etapas.
El árbitro nacido en Oldenzaal no se deja intimidar por las superestrellas megaricas del juego moderno, porque cada año él mismo gana millones de la cadena de supermercados que posee en Holanda llamada Jumbo.
La riqueza personal de Kuipers en 2016 se estimó en un monto de € 13,00 millones.
Raramente se paga a sí mismo un dividendo, porque gana suficiente dinero del arbitraje para mantener a su familia cómoda, y construyó una cartera de propiedades que vale la pena al menos 5,65 €millón.
Su negocio genera tanto dinero que patrocina a Max Verstappen de Fórmula Uno, el piloto de Red Bull que triunfó en el Gran Premio de Austria del domingo con un casco amarillo adornado con jumbo.
Kuipers, quien arbitró la final de la Europa League entre el Atlético de Madrid y el Marsella en mayo, fue el hombre en el medio en la final de la Liga de Campeones de 2014 y sueña con conseguir la final de la Copa del Mundo.