El mexicano Luis Miguel ha protagonizado una inauguración de lujo en Cap Roig, el festival que impulsa la Fundación Bancaria “la Caixa”, donde, además de voz, ha derrochado glamour y vibraciones positivas para alegrar el inicio de verano a la legión de seguidores que acudió al concierto.
Un cantante capaz de rendir al público en pocos minutos de actuación con piezas como el clásico “Amor, amor, amor” puede actuar en cualquier escenario, pero uno como éste, ante un aforo de poco más de dos mil personas, parece el idóneo para disfrutar de una cierta intimidad.
Por momentos, Luis Miguel pareció susurrar sus canciones a cada una de las personas que se sentaban en el Auditorio de Cap Roig, al que regaló un espectáculo de más de dos horas con el que compensó el retraso inicial que, en parte, contribuyó a alimentar el aura de figura internacional escogida para inaugurar el festival.
En todo caso, quedó muy claro que el mexicano, aunque nacido en Puerto Rico, es una estrella global que trasciende fronteras y que cuenta con seguidores en los cinco continentes.
Esta vez, la suerte de disfrutar de uno de sus conciertos la tuvo el público de Cap Roig, ideal para una propuesta de este tipo, ya que aúna desde locales a turistas de diferentes países que pasan estos días en la Costa Brava.
Lejos de contagiarse de esa atmósfera estival, Luis Miguel se entregó al límite quizá para demostrar por qué es una estrella mundial de la música o, simplemente, por qué sabe cumplir con sus seguidores y, por qué no también, por sentirse contagiado del ambiente de los jardines de Cap Roig.
El mexicano, tras arrancar con una intro, inició una espiral creciente en forma de baladas que bordó con clásicos como “Por debajo de la mesa”, “Culpable o no” o “Hasta que me olvides”.
La distancia entre público y artista, muy escasa ya de entrada en Cap Roig, se fue reduciendo a medida que se desgranaban los temas y más de una conversación en las gradas giraba sobre parecidos con el actor que encarna a Luis Miguel en la serie de televisión.
A ese nuevo empuje de popularidad gracias a la pequeña pantalla, se le suma la publicación de un nuevo disco después de años sin hacerlo, con lo que la expectación que había generado esta actuación exigía de una entrega a la que el protagonista respondió con creces.
La gira de presentación de ese trabajo contenía sin embargo esta perla especial de Cap Roig, lejos de grandes escenarios con todas las opciones que ello supone, y Luis Miguel quiso y supo aprovecharlas.
Después de las canciones con banda, una pequeña sección de voz y piano que cerró con “Contigo en la distancia” y de inmediato, turno para los catorce mariachis que subieron al máximo los grados en el auditorio.
Ese acompañamiento festivo y original puso el broche de oro a un concierto gourmet del rey del bolero, que acabó con los bises y con Luis Miguel, ya en camiseta, entonando fragmentos de temas superbailables, mientras el público jugaba con balones gigantes y hasta una fan subía al escenario y se abrazaba a su ídolo.
La inauguración de Cap Roig de este año ha sido de las más destacadas que se recuerdan, aunque la programación apenas deja respiro y, mañana, llega el segundo asalto de la mano nada menos que de Bryan Ferry.
Hasta el 22 de agosto, cuando Andrea Bocelli baje el telón, se sucederán actuaciones de estrellas internacionales y españolas con nombres como los de Texas, Sting, Maná, Juanes, Joan Baez o Roger Hodgson, pero también los de Pablo López, Antonio Orozco, Luz Casal, Rosario, Loquillo o Antonio José.
El espectáculo, en cualquier caso, ya ha comenzado y el encargado de hacerlo ha puesto el listón muy alto para disfrute de los privilegiados que pudieron verlo en directo. EFE