“Mis amigos me dispararon diciéndome que estaba loco por haber aceptado dirigir a la Selección”. La frase es de Lionel Scaloni, el “bombero” designado para comenzar a reconstruir al “equipo de todos” luego del estrepitoso fracaso en el Mundial con Jorge Sampaoli como capitán de un barco que naufragó en Rusia.
Esta es una nota del Diario El Clarín de Argentina previo al choque ante Guatemala:
Y de ese modo debe haberse sentido el entrenador interino de la escuadra albiceleste, aunque poco se notó, cuando uno de los “mandamás” del fútbol argentino (Daniel Angelici) le puso fecha de vencimiento a su gestión, “No tengo previsto que Scaloni siga más allá de diciembre”, dijo el presidente de Boca y vice de la AFA en TyC Sports.
Poco le importa a este rosarino de 40 años, ex marcador de punta o volante, que se enfoca en el gran desafío de su vida. Arrancará un nuevo camino con la Argentina ante Guatemala (147° en el ranking FIFA) en el Memorial Coliseum, de esta ciudad californiana, con capacidad para 90 mil espectadores.
Y en eso andan Scaloni y “su” Selección. El DT, carpeta en mano, va de un lado a otro de la cancha auxiliar del Centro de Entrenamiento de Los Ángeles Galaxy. Da indicaciones, ordena, baja líneas. Y ejecuta, con sus laderos Walter Samuel y Pablo Aimar alrededor. Se nota que hay un nuevo aire en la Selección. Un aire fresco. Con otras ganas e ideas nuevas. Que puede resultar. O no. Pero que implican el cambio de rumbo que el momento requiere.