La joven japonesa Naomi Osaka, campeona del Abierto de Estados Unidos, recibió hoy su trofeo con lágrimas ante el abucheo del público, que tenía como favorita a la norteamericana Serena Williams, y el reconocimiento de su rival, que tomó la palabra para calmar a los aficionados.
La nipona, de solo 20 años y vigésima cabeza de serie, derrotó por un clarísimo 6-2 y 6-4 a Williams, que perdió por completo el control durante el encuentro y, una vez concluido el mismo y ante los silbidos de los aficionados contra la ganadora, abrazó a su rival para consolarla y pidió silencio y respeto para ella.
“No quiero ser grosera. Ella jugó bien. Hagamos de este el mejor momento posible, no abucheemos más”, solicitó, micrófono en mano, Williams al público que abarrotaba la pista central Arthur Ashe.
Pero ya era demasiado tarde para evitar la ofensa y ver cómo la ganadora, que conquistaba esta noche su primer Grand Slam, lloraba y era incapaz de disfrutar un momento histórico como ese.
Por primera vez en el Abierto de Estados Unidos, la ceremonia de trofeos fue ahogada por silbidos y abucheos en apoyo a la perdedora y contra la campeona cuando el encargado de la presentación, Tom Rinaldi, la comenzó.
Williams se echó a llorar, tratando de corregir su lamentable actuación durante el encuentro, en el que no pudo lograr su vigésimo cuarto título de Grand Slam. Ante la falta de respeto de los aficionados por la campeona, Serena reaccionó.
Esta acción ha sido considerada, en un comunicado difundido en Twitter por la organización del US Open, por Katrina Adams, exjugadora y presidenta de la Asociación de Tenis de Estados Unidos, “un gesto de clase de una campeona de verdad”, ya que “era el momento de Naomi y Serena quería que ella lo disfrutara”.
“Sé que ella estaba frustrada por la forma en que se acabó el partido, pero la manera en que dio un paso adelante tras la final y dio todo el crédito a Naomi dice mucho a su favor”, continúa.
Osaka hizo historia en la pista tras 79 minutos de dominio sobre la menor de las Williams, pero su encuentro quedará diluido para siempre por las escenas hostiles protagonizadas por Serena, descontrolada ante el juez de silla, Carlos Ramos, cuya única culpa fue cumplir a rajatabla el reglamento y el código ético.
Serena Williams, que al final no pudo firmar historia deportiva e igualar la marca de 24 títulos de Grand Slam en posesión de Margaret Court, sí la consiguió negativamente al ser la única tenista que ha perdido tres veces el control en Flushing Meadows, tras la semifinal de 2009 y la final de 2011.
Ahora falta ver cuál será la decisión que tomen los máximos dirigentes del torneo y del tenis femenino cuando estudien con todo detalle lo sucedido en la 50ª edición del último “grande” del año.