Con información de la agencia internacional de noticias EFE
Los avances en sueros contra mordeduras de serpientes venenosas, las muertes por picaduras de alacranes y los indicadores biológicos como las briofitas (musgos, hepáticas y antocerotes) contra el cambio climático, fueron parte de los estudios que presentaron científicos mesoamericanos en Panamá.
Durante un congreso regional que aborda diversos esquemas y problemáticas de la biodiversidad, se presentaron hallazgos relevantes ante la incidencia de cambios en múltiples ecosistemas.
El evento
Uno de los exponentes fue el técnico del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR), Danilo Chacón, que expuso sobre las técnicas para mejorar los sueros contra los accidentes ofídicos en la región y Ecuador.
“Lo antivenenos siguen siendo un producto regional, se garantiza que sea efectivo, la idea es mejorar y depurar las técnicas al mantener serpientes en cautiverio y darles un mejor uso”, declaró a Efe el experto que trabaja para la única entidad de la región que se dedica a crear los antídotos.
Sostuvo que esto ha implicado una transformación en el área del serpentario, donde se pasó de una cantidad grande de individuos a una de menor cantidad, pero que han sido criaturas estables con el tiempo con la información que se ha recabado.
Los estudios
La institución alberga un 99 por ciento de culebras venenosas y trabaja en dos tipos de sueros para mordeduras contra especies de elápidos (cora) y los vipéridos (cascabel, terciopelo, mano de piedra).
Sobre la diversidad de los alacranes en Panamá, el científico Roberto Miranda expuso que en el país se reconocen 15 especies de alacranes, 85 por ciento de ellos pertenecientes a la familia Buthidae.
Advirtió que el país es el único de Centroamérica que reporta índices fatales por picaduras de ese arácnido.
Añadió que en su estudio realizado en los bosques de Capira (oeste), encontraron que los especímenes de Tityus tayrona son los que prosperan mejor en ambientes al margen de los fragmentos de bosques; mientras que los Chactas exsul y Opisthacanthus son los más afectados por la deforestación.
“Si desaparecen los hospederos, pueden desaparecer los briofitos; además la luz incide mucho y si se llega a deforestar el área, las comunidades van a cambiar y no persistir, y va a aumentar la temperatura y la riqueza natural cambiaría”.