La Federación de Gimnasia de Estados Unidos se declaró hoy en bancarrota en medio del escándalo del caso del exmédico del equipo nacional Larry Nassar, que fue encontrado culpable de abusar sexualmente de una gran cantidad de menores y mujeres.
El organismo, que afronta unas 100 demandas de más de 350 víctimas de agresión sexual del exmédico, optó por declararse en quiebra para “acelerar” el pago de las querellas judiciales de las niñas y mujeres que sufrieron por culpa de Nassar.
“Debemos a las supervivientes resolver las reclamaciones basadas en actos horribles del pasado y, a través de este proceso, tratamos de acelerar la resolución”, aseguró en un comunicado la presidenta de esa federación, Kathryn Carson, según medios estadounidenses.
Con ese objetivo, la federación decidió solicitar la protección del capítulo 11 del código de bancarrota de Estados Unidos en un tribunal de Indianápolis, una acción que permite a los entes con problemas financieros crear un plan de reestructuración para mantenerse a flote y pagar a sus acreedores.
La declaración de bancarrota también impedirá que salgan a la luz nuevos hallazgos relacionados con la Federación de Gimnasia estadounidense en los requerimientos presentados por las víctimas de Nassar, apuntaron medios locales.
Asimismo, el procedimiento podría interrumpir los esfuerzos del Comité Olímpico estadounidense de desmantelar esta federación como organismo oficial.
Nassar ha recibido dos condenas por los delitos de agresión sexual a más de 350 menores y mujeres, y otros, como posesión de pornografía infantil, que suman un total de entre 100 y más de 200 años de cárcel.
Asimismo, fue acusado en junio de seis cargos de delitos de asalto sexual en Texas, referidos a actos presuntamente cometidos por el facultativo contra seis antiguas pacientes en un centro que fue utilizado por el equipo nacional de gimnasia en la ciudad de Huntsville.
El escándalo del exmédico llegó en medio del surgimiento en EE.UU. del movimiento #MeToo (Yo también), que denuncia las agresiones sexuales que han sufrido mayoritariamente mujeres en diferentes sectores de la sociedad estadounidense.
El pasado mayo la Universidad Estatal de Michigan, donde trabajaba Nassar, acordó pagar 500 millones de dólares a 332 víctimas del exmédico.