Un juez federal mantuvo hoy en la cárcel, al procesarles con prisión preventiva, a diez anarquistas acusados de haber colocado dos explosivos en Buenos Aires, en un cementerio histórico y en la casa de un juez.
El juez federal Julián Ercolini aseguró en un fallo al que accedió la agencia estatal Télam que los detenidos formaban parte de una “organización“ que utilizaba los explosivos, entre otros, para cometer “delitos contra la seguridad común, con el objeto de infundir temor público, de imponer sus ideas y combatir las ajenas, así como para generar conmoción social, tumultos y desórdenes“.
Dos sucesos
El primer suceso relacionado con los explosivos se produjo hace tres semanas, cuando el grupo trató de hacer explotar una bomba casera en la casa del juez federal Claudio Bonadio por sus actuaciones contra los anarquistas.
Una semana después, otro explosivo le estalló a una mujer que la había introducido en el histórico cementerio de la Recoleta, junto con un acompañante que fue detenido.
La mujer que fue herida después de la explosión sigue internada en el hospital en estado grave, por lo que todavía no pudo declarar y el juez no definió su situación procesal, aunque el juez considera que formaba también parte del grupo anarquista.
La resolución del juez
Según la investigación, los dos anarquistas tenían la intención de atacar el mausoleo de Ramón Falcón, el jefe de la Policía de Buenos Aires que fue asesinado por un joven obrero en 1909.
En su escrito, el juez remarcó que si bien “numerosas pruebas dan cuenta de las ideas anarquistas“ de los detenidos, su procesamiento no se debe a ello sino “al modo empleado para hacerlas prevalecer, mediante la colocación de artefactos explosivos en el domicilio de un juez y donde yacen los restos de quien revistiera la jefatura de la Policía Federal y muriera producto de un artefacto explosivo“.
Con información de EFE
Edición: Sergio Méndez