Su pasión por el deporte la llevó desde muy pequeña a enamorarse de la Gimnasia, algo que ahora es parte fundamental de su vida y por la que se ha trazado metas y objetivos claros para ser una atleta de talla mundial.
Esta es la historia de Ana Irene Palacios, una estrella que empieza a brillar en la gimnasia artística nacional.
Tenía apenas 3 años cuando sus padres Allan y Flor de María la llevaron a la federación a un curso de vacaciones, lugar donde comenzó todo.
“Recuerdo que desde la ventana, en mis entrenamientos de pequeña, veía a las más grandes hacer sus rutinas. Me decía: ‘quiero llegar a ser algún día como ellas’. Conforme pasó el tiempo, fui entrenando cada día más duro, hasta que llegó el momento en que me seleccionaron en el 2015”, comentó Palacios, ahora de 17 años.
Poco a poco, su disciplina y el intenso trabajo fueron en aumento. Los primeros resultados deportivos llegaron, lo que la motivó por completo. Entonces, eso que inició como un pasatiempo se volvió deporte de alto rendimiento.
“Desde el momento en que me seleccionaron, supe que era la oportunidad de acércame a mis sueños. Es una gran responsabilidad y debo trabajar duro día a día para representar dignamente a Guatemala”, expresó.
SUS PRIMEROS PASOS EN EL ALTO RENDIMIENTO
Dos años después de llegar a la selección nacional, la pequeña gimnasta empezó a dar sus primeros frutos; prueba de ello fueron las dos medallas (plata y bronce) conquistadas en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta 2017.
El año pasado comenzó su camino en el Ciclo Olímpico, debutando con buen pie en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Barranquilla 2018. “Los Juegos de Barranquilla eran de un nivel mucho más grande. Fue una excelente experiencia y supe que de ahí en adelante todo iba ser así”, comentó.
UNA ATLETA DEDICADA
Ana Irene ha logrado amalgamar el colegio con el deporte; este año se graduará como bachiller en ciencias y letras en el Colegio Sagrado Corazón.
“El Colegio siempre me ha apoyado con un permiso especial para poder venir a los entrenos. Tengo el respaldo de mis compañeras y mis maestras para poder cumplir siempre. Es bastante difícil porque me tengo que concentrar en ambas cosas, pero el deporte me ha formado, me ha ayudado a ser una persona muy disciplinada para poder aprovechar el tiempo al máximo”, mencionó con madurez.
Entre sus pasatiempos están el arte y la lectura (durante sus ratos libres aprovecha la literatura universal), algo fundamental para su desarrollo personal.
“El deporte me ha inculcado muchos valores en la vida como disciplina, coraje, valentía y sobre todo el respeto hacia los demás, para poder ser una mejor persona”, explicó.
OBJETIVOS CLAROS
“Siempre habrá caídas en el deporte y en la vida. Hay que tener en cuenta que todo esfuerzo vale la pena, solo hay que levantarse y no darse por vencido. Todos queremos ser felices y lo seremos cuando estemos en la cima de nuestra meta”, expuso.
Concentrada y entregada a las intensas dobles jornadas de entrenamiento, bajo la tutela de sus entrenadores Adrián y Elena Boboc, la guatemalteca aspira a realizar un excelente papel en sus primeros Juegos Panamericanos, boleto que logró el año en el pasado en Lima, Perú.
“Quiero hacer un gran papel en los Juegos Panamericanos y como toda atleta, mi sueño es llegar a los Juegos Olímpicos. Representar a Guatemala es un orgullo y una gran responsabilidad, porque miles de personas creen en ti. Me siento muy contenta de hacerlo”, finalizó con una sonrisa que inundó su rostro.