Marlen Ochoa López, la embarazada de 19 años que fue asesinada en Chicago y a quien le sacaron su bebé del vientre, fue estrangulada mientras observaba fotos del hijo y hermano fallecido de las presuntas responsables del crimen.
Detalles escalofriantes fueron revelados durante la audiencia en la que a las acusadas, Clarisa Figueroa, de 46 años, y Desiree Figueroa, de 24, se les negó la fianza, así como a Piotr Bobak, de 40, novio de Clarisa acusado de encubrimiento.
De acuerdo con la acusación, Clarisa contactó a su víctima Marlen Ochoa a través de mensajes de Facebook, en los que le ofrecía ropa para su bebé.
Marlen llegó a la casa de Clarisa bajo engaños, y en el momento que Clarisa le mostraba un álbum con las fotos de su hijo de 20 años, que falleció por causas naturales en 2018, amarró a su víctima con un cable eléctrico.
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Junto a su hija Desiree quien tiene cuatro meses de embarazo estrangularon a Marlene durante unos cuatro minutos y posteriormente abrieron el vientre de Marlen para extraerle al bebé y colocarlo junto a la placenta en una cubeta.
El cuerpo de Marlen fue envuelto en una cobija y lanzado a un bote de basura, mientras que Clarisa llamó a los servicios de emergencia, y dijo que había dado a luz.
Clarisa fue llevada al hospital junto al bebé; sin embargo, a través de pruebas de ADN, se estableció que el bebé no era hijo de Clarisa.
Las autoridades establecieron que el bebé era hijo de Marlen, quien fue localizada sin vida por las autoridades.
Los tres implicados no fueron beneficiados con fianza, pues representan un peligro para la comunidad.
Las mujeres de ser halladas culpables, podrían pasar el resto de sus días tras las rejas.