El fútbol femenino en Guatemala atraviesa una de sus crisis más profundas, evidenciando el abandono y la falta de apoyo por parte de las autoridades deportivas. La situación ha alcanzado un punto crítico con la suspensión indefinida de la liga nacional y la ausencia de un entrenador para la Selección Femenina, factores que reflejan el poco compromiso institucional con el desarrollo de este deporte en el país.
A inicios de febrero de 2025, debía iniciar la segunda fase de la temporada 2024/25 del fútbol femenino guatemalteco. Sin embargo, varios equipos se vieron en la obligación de retirarse del torneo debido a la falta de recursos económicos para sostener sus proyectos. Muni Guate, Club Deportivo Concepción y Marquense Femenil abandonaron la categoría mayor, mientras que Deportivo Mixco dejó de competir en la categoría de ascenso. Esta situación llevó a la suspensión indefinida del torneo mientras se reestructura el formato de competencia, aunque hasta la fecha no hay claridad sobre cuándo se reanudará.
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¿Qué pasará con el futbol femenino en Guatemala?
A pesar de que ya se ha establecido un calendario de encuentros, las fechas y horarios siguen sin ser confirmados, generando incertidumbre entre jugadoras, entrenadores y aficionados. La inestabilidad y falta de planificación han afectado gravemente a los equipos, que siguen luchando con escasos recursos para mantener la práctica del fútbol femenino en el país.
El problema del fútbol femenino en Guatemala no se limita a la liga local. A nivel de selecciones, la situación es aún más preocupante. La Federación Nacional de Fútbol de Guatemala (FEDEFUT) sigue sin nombrar un nuevo director técnico para la Selección Femenina, tras la salida de Karla Alemán el pasado 3 de enero. La costarricense dejó el cargo luego de no llegar a un acuerdo económico con la federación en la reestructuración de su contrato.
A tan solo unos meses del inicio de las eliminatorias para el próximo Mundial Femenino, la Selección Nacional sigue sin un entrenador que pueda orientar y preparar a una de las camadas más prometedoras de jugadoras que ha tenido el país. Entre ellas destacan futbolistas que juegan en el extranjero como Ana Lucía Martínez, Aisha Solórzano, Andrea Álvarez, Jemery Myvett y Samantha Archila. Sin embargo, la falta de una estructura organizativa ha impedido que estas jugadoras puedan demostrar su talento con la selección.
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Otro factor alarmante es la ausencia de partidos amistosos para la Selección Femenina, lo que impide aprovechar las fechas FIFA y mantener en competencia a las jugadoras. Sin una planificación adecuada, el equipo nacional llegará en desventaja a las eliminatorias, perdiendo una valiosa oportunidad de crecimiento.
Ante este panorama desalentador, el Sindicato de Futbolistas Profesionales de Guatemala ha alzado la voz para exigir soluciones. A través de sus canales de comunicación, han solicitado reuniones con las autoridades deportivas para discutir estrategias a corto, mediano y largo plazo que permitan fortalecer el fútbol femenino en el país. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas han sido nulas y la incertidumbre sigue reinando en el entorno futbolístico femenino.
El fútbol femenino guatemalteco necesita urgentemente una reestructuración integral que incluya financiamiento, organización y una visión a futuro. Sin el compromiso de la FEDEFUT y el apoyo de patrocinadores e instituciones, la brecha con otras naciones seguirá ampliándose y se perderá una generación de jugadoras con gran potencial.