La final de la Copa del Rey entre Barcelona y Real Madrid estuvo precedida por momentos de tensión en el centro de Sevilla. La Policía Nacional tuvo que intervenir para dispersar a un grupo de aficionados radicales del Barça que, con cánticos, bengalas y material pirotécnico, generaron un ambiente conflictivo en la calle Laredo, cercana a la Plaza de San Francisco. Las unidades antidisturbios, desplegadas especialmente para este evento, actuaron con rapidez para evitar que la situación escalara en una ciudad que, desde primeras horas del día, se encontraba colmada de aficionados.
Aunque los incidentes no pasaron a mayores, la Subdelegación del Gobierno en Sevilla confirmó que se registraron altercados en otros puntos del centro, con saldo de un detenido. Uno de los episodios más graves fue la agresión a un seguidor del Real Madrid, quien sufrió la fractura de su nariz en una pelea con hinchas azulgranas. La presencia masiva de seguidores del Barcelona, que coparon las calles y terrazas desde temprano, contrastaba con el goteo constante de madridistas, quienes tuvieron un desplazamiento más cómodo hacia la capital andaluza.
Final de Copa del Rey, declarada de alto riesgo
Se estima que esta noche en el estadio de La Cartuja habrá aproximadamente 30.000 aficionados de cada equipo en las gradas, lo que promete un ambiente vibrante pero también exigirá una vigilancia extrema. Las camisetas azulgranas dominaron las calles durante la jornada previa, mientras que los aficionados merengues comenzaron a llegar en mayor número conforme avanzaba el día, aumentando la expectación en la ciudad.
Para garantizar la seguridad, se ha desplegado un dispositivo de más de dos mil agentes, de los cuales 1.400 pertenecen a la Policía Nacional y 230 a la Policía Local. La atención se centra no solo en el estadio y sus accesos, sino también en las fan zones y las principales zonas turísticas de Sevilla, donde miles de hinchas se congregan para vivir una final que promete emociones dentro y fuera del terreno de juego.
