La bioserie de Roberto Gómez Bolaños "Chespirito: Sin querer queriendo" sigue mostrando pasajes interesantes e inesperados de la vida del comediante mexicano; así como la creación de personajes como el "Chavo del 8".
En el más reciente capítulo se puede ver el coqueteo que Chespirito le hace a Florinda Meza a pesar de que él se encontraba casado con Graciela Fernández y ella estaba comprometida con Enrique Segoviano.
Pero, además, ha provocado que internautas recuerden uno de los momentos más tristes en la historia del "Chavo del 8".
Se trata de la muerte de Raúl 'Chato' Padilla, quien durante más de 10 años dio vida a "Jaimito, el cartero", tras la salida de Ramón Valdés y Carlos Villagrán a finales de los 70.
De acuerdo con la producción biográfica, fue el propio Roberto Gómez Bolaños quien encontró al actor sin vida en el set de grabación.
Aparentemente, lo estuvo esperando para hablar sobre la serie, pero al no verlo bajar las escaleras, subió y lo encontró en silencio, con "los ojitos cerrados, como si nomás estuviera durmiendo".
Los documentos legales señalan que la causa del fallecimiento fue un infarto agudo al miocardio, agravado por cardioesclerosis y complicaciones derivadas de la diabetes, sucedido el 3 de febrero de 1994, cuando tenía 75 años.
Su relación con Roberto
En 1979 llegaría el llamado de Roberto Gómez Bolaños, quien lo había visto en una comedia televisiva y no dudó en convocarlo para El Chanfle.
El filme -una historia humorística para toda la familia- contaba con las figuras de El Chavo del 8, desde Florinda Meza y Carlos Villagrán a Ramón Valdés, María Antonieta de las Nieves y Edgard Vivar, aunque con un argumento y en roles completamente diferentes.
Jaimito el Cartero fue uno de los últimos personajes en ingresar a la vecindad de el Chavo del 8.
Chespirito y Raúl no se conocían, pero en el set de filmación se hicieron muy buenos amigos.
Volverían a coincidir en un capítulo de El Chapulín Colorado. Y entonces las intempestivas partidas de Villagrán (Quico) y Valdés (Don Ramón), en medio de un sinfín de rumores que involucraron de mala manera a Meza (Doña Florinda), pusieron en apuros a Gómez Bolaños.
La bonita vecindad perdía la magia de dos personajes esenciales, adorados por el público. Su genio creativo debía encontrar un reemplazo pronto. Y lo buscaría en Padilla.
