El papa Francisco permanece internado en el Policlínico Gemelli, en Roma, desde el pasado 14 de febrero, por un cuadro "complejo" de salud, constituido por una bronquitis por infección polimicrobiológica a la que se sumó una neumonía bilateral.
La salud del Papa, si bien ha presentado una "leve mejoría" en los últimos días, dejando atrás la fiebre y volviendo a parámetros hemodinámicos "estables", según un parte médico, ha revestido de dudas su continuidad al frente de la Iglesia católica y generado especulaciones sobre su una probable renuncia al Vaticano o incluso sobre su eventual muerte.
¿Qué pasaría si el Papa renuncia?
A pesar de los paralelismos con otros jefes de Estado o cargos importantes, los documentos oficiales de la Iglesia católica en vigor solo hablan de "renuncia" y no usan otros términos como "dimisión" o "abdicación".
El derecho canónico no prevé ningún individuo en particular, entidad, o personas a las que el Papa deba manifestar su renuncia. Sin embargo, algunos especialistas (especialmente el canonista del siglo XVIII Ferraris Lucius) sostienen que el colegio de cardenales, o al menos su decano, debe ser informado, ya que los cardenales deben estar absolutamente seguros de que el Papa ha renunciado a la dignidad válidamente antes de que se proceda a elegir a un sucesor mediante un cónclave.
Tampoco es necesario que nadie acepte formalmente la renuncia. Al cumplirse la fecha y hora que el propio pontífice escogió para renunciar, da comienzo el periodo de sede vacante, el cual termina con la elección de un nuevo Papa.
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El eventual cónclave se compone los cardenales electores de todo el mundo. menores de 80 años, quienes se encierran bajo llave en la Capilla Sixtina para debatir y realizar las votaciones para elegir al nuevo Papa, que tiene que ser votado por una mayoría de al menos dos tercios.
Durante los días que dura el debate, los cardenales no tienen ningún tipo de contacto con el mundo exterior a través de medios de comunicación o teléfonos móviles.
Cuando el cónclave finalmente alcanza una decisión y el candidato acepte el nombramiento, una fumata de humo blanco sale por la chimenea de la Capilla Sixtina. Hasta entonces, al finalizar cada jornada sin un veredicto claro, la fumata es de humo negro.
En caso de fallecimiento
En 2024, Francisco simplificó los ritos que se desarrollan en los funerales de los Papas. Antes, el ritual tenía tres ataúdes, el primero de ciprés, el segundo de plomo, y el tercero de roble; todos tienen un significado tanto simbólico como práctico para preservar el cuerpo del fallecido. Ahora, solo se usa un ataúd de madera con un revestimiento interior de zinc.
Otro cambio es que el cuerpo será depositado de inmediato en el ataúd y luego expuesto para la veneración de los fieles con el féretro abierto. Además, no se llevará a cabo el traslado al Palacio Apostólico. Por ende, el féretro debe ser trasladado directamente a la Basílica de San Pedro.
Por último, el báculo papal no será colocado junto al ataúd. Se introdujo, además, el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, rito de los novendiales, el cual no tendrá solo tres formularios de oraciones sino cuatro.
Posteriormente, se llevará a cabo el mencionado cónclave, concluyendo con la elección de un nuevo Papa.
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¿Renunciará el papa Francisco?
Según el cardenal Gianfranco Ravasi, citado por EFE, Francisco podría renunciar "si tuviera dificultades graves para cumplir su servicio", pero "su gran deseo es cumplir al menos el Jubileo".
"Creo que sí. Si tuviera serias dificultades para cumplir su servicio, tomará su propia decisión. Será él quien decida, por supuesto, tal vez pida consejo, pero la última palabra la evaluará por sí mismo, en conciencia", explicó Ravasi en el 'Corriere della Sera' al ser preguntado sobre una posible dimisión en caso de graves problemas de salud.
"Dejando claro que su gran deseo es cumplir al menos el Jubileo, el año santo dedicado a la esperanza que él siente como su gran momento", añadió.
Ravasi destacó que el pontífice, "incluso con las dificultades ligadas a su edad y a su estado físico, ha seguido teniendo una presencia única en el planeta, como quizás sólo Juan Pablo II. Su voz y su acción son reconocidas tanto por los creyentes como por los no creyentes". En este sentido, subrayó "el largo y exigente viaje que hizo en septiembre a Asia y Oceanía, a pesar de la silla de ruedas, a pesar de todo. Fue una gran lección, como la de los atletas paralímpicos. Demostró que se puede hacer cualquier cosa incluso en la fragilidad".
Ahora "se trata de entender qué pasará en el futuro. De todos, el propio Francisco explicó que ya había firmado una carta de renuncia al inicio de su pontificado, como hizo Pablo VI", afirmó, antes de calificar de "notable que sus condiciones hayan sido explicadas con claridad", con "indicaciones muy precisas".