El estado estadounidense de Carolina del Sur eliminó por decreto todo tipo de financiamiento estatal o federal destinado a cualquier práctica médica vinculada a las clínicas donde se practican abortos.
“Hay una variedad de agencias, clínicas y entidades médicas en Carolina del Sur que reciben dinero de los contribuyentes para ofrecer importantes servicios para la salud de la mujer y la planificación familiar”, dijo el gobernador Henry McMaster en un comunicado divulgado este viernes.
“El dinero de los contribuyentes no debe subsidiar directa o indirectamente a clínicas de aborto como Planned Parenthood”, agregó, apuntando específicamente a una ONG de alcance nacional que opera clínicas de planificación familiar que ofrecen abortos.
En la orden ejecutiva firmada el jueves, McMaster también ordenó al Departamento de Salud del estado que pida exenciones al gobierno federal para poder excluir a las clínicas de aborto de la red de salud pública Medicaid.
En el estado funciona un puñado de clínicas que practican abortos por decisión de la madre, entre ellas dos de Planned Parenthood (PP) en Columbia, la capital, y Charleston.
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La organización afirmó que ofrece cada año pastillas anticonceptivas, exámenes de detección de cáncer y otros cuidados de medicina preventiva a cuatro mil residentes de Carolina del Sur.
Todos ellos “te harán responsables. Qué vergüenza”, escribió en Twitter la rama local de PP, dirigiéndose al gobernador.
“Esto no ha terminado. Moveremos cielo y tierra para proteger el acceso de nuestros pacientes a la salud pública”, dijo la ginecóloga Raegan McDonald-Mosley, directora médica de la federación nacional de Planned Parenthood.
“Para muchos de nuestros pacientes, nosotros somos el único proveedor de salud pública al que pueden acceder. Todos se merecen la oportunidad de tener una vida saludable sin importar dónde viven”, escribió en un comunicado.
En abril, el presidente Donald Trump firmó una ley que elimina un decreto de su antecesor, Barack Obama, que protegía la entrega de financiamiento público a las clínicas de planificación familiar que ofrecen abortos.
La reversión de Trump ahora permite a los estados bloquear tales fondos si así lo deciden los legisladores locales.