El primer ministro japonés y el presidente surcoreano, directamente afectados por la amenaza nuclear norcoreana, pidieron este jueves nuevas sanciones contra Corea del Norte a Vladimir Putin, a pesar de que el presidente ruso cree que son ineficaces y aboga por diálogo.
Tanto el japonés Shinzo Abe como el surcoreano Moon Jae-in apoyan el embargo petrolero que reclama Estados Unidos ante el Consejo de seguridad de la ONU.
Rusia insiste por su parte en la necesidad de un diálogo con Pyongyang, igual que China, aunque este gigante asiático dio este jueves su acuerdo a “medidas necesarias” de Naciones Unidas.
“La comunidad internacional debe unirse para poner la máxima presión posible sobre Corea del Norte”, dijo Abe en un discurso durante un foro económico en Vladivostok, en el Extremo oriente ruso, en el que participó junto a Putin y Moon Jae-in.
“Tenemos que forzar a Corea del Norte a aplicar inmediata y plenamente todas las resoluciones apropiadas del Consejo de Seguridad de la ONU y a abandonar su programa de misiles nucleares de manera completa, verificable e irreversible”, insistió.
Corea del Norte anunció el domingo haber llevado a cabo con éxito un ensayo nuclear con una bomba H, la más potente probada hasta ahora por el régimen de Pyongyang, y desató una ola de condenas internacionales.
“Corea del Norte lanza un evidente desafío a la paz, a la prosperidad, a la ley y el orden en la región e incluso en el mundo entero”, dijo Abe.
Según Japón, este ensayo generó una potencia de 160 kilotones, diez veces más que la bomba estadounidense lanzada sobre Hiroshima en 1945.
En lugar de dar marcha atrás frente a la oleada de críticas internacionales, Pyongyang organizó el miércoles grandes ceremonias de homenaje a los científicos que realizaron el ensayo, con fuegos artificiales y ante una masiva concurrencia.
– “El mayor castigo” –
El presidente surcoreano, que había pedido tras el ensayo que se infligiera “el mayor castigo” a Corea del Norte, afirmó este jueves que “ha llegado el momento de sanciones más severas”, y esperó que estas medidas fueran apoyadas por Rusia.
Junto a él, Putin mantuvo su posición de oponerse a las sanciones y abogar por el diálogo.
“Con estos actos Pyongyang crea desde luego una grave amenaza para la paz y la seguridad en la región” admitió. “Pero estoy convencido de que se podrá evitar un conflicto a gran escala (…) en la región y que podremos resolver el conflicto a través de medios diplomáticos”, añadió, apelando al “sentido común”.
A su vez, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, partidario de una línea dura, pareció moderar sus anteriores declaraciones marciales de los últimos días, y afirmó que una acción militar no es su “primera opción”.
Por su parte, la máxima responsable de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, anunció este jueves que está preparando nuevas sanciones contra Corea del Norte para completar las que ya impone la ONU.
“Hoy propondré a los ministros trabajar en los próximos días en aumentar las sanciones autónomas de la UE”, dijo a su llegada a una reunión en Tallinn (Estonia) de ministros de Defensa y de Exteriores del bloque.
Estados Unidos, sus aliados europeos y Japón están negociando nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte pero la posición de Rusia y China —ambos con derecho de veto en el Consejo de Seguridad— sigue siendo incierta.
Rusia y China abogan por una “doble moratoria”, es decir, de los ensayos norcoreanos pero también de las maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur, algo que rechazan Washington y Seúl por considerarlas una “necesaria disuasion”.
Según Pekín, “las sanciones y presiones” sobre el régimen de Kim Jong-un representan “la mitad de la solución”, siendo la otra “el diálogo y la negociación”.
“Solamente si desencadenamos estas dos medidas a la vez podremos desbloquear la cuestión nuclear en la península (…) ninguna de las dos debe ser ignorada”, aseguró este jueves el ministro chino de Exteriores, Wang Yi.