China aseguró el martes que apoya los esfuerzos de las autoridades birmanas para “preservar la estabilidad” en el oeste del país, donde la violencia ha llevado a más de 300.000 musulmanes rohinyás a refugiarse en el vecino Bangladés.
“Creemos que la comunidad internacional debería apoyar los esfuerzos de Birmania para preservar la estabilidad de su desarrollo nacional”, aseguró el portavoz del ministerio chino de Exteriores durante una encuentro con la prensa.
Esas declaraciones se producen un día después de que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, dijera que el trato que Birmania da a la minoría musulmana rohinyá se asemeja a un “ejemplo de limpieza étnica de manual”.
Los rohinyás, tratados como extranjeros en Birmania, un país en donde más del 90% de la población es budista, son considerados apátridas a pesar de que algunos estén instalados en ese país desde hace generaciones.